A pesar de que en Grecia no habrá datos de participación hasta que finalice el proceso, responsables electorales afirman que la participación es parecida a la de las últimas elecciones. El primer ministro griego, al igual que las figuras más relevantes de su gobierno, ha votado a primera hora de la mañana. Decenas de simpatizantes le han recibido con loores de bienvenida a las puertas del colegio electoral en el barrio ateniense de Kypseli, donde Alexis Tsipras ha asegurado que “muchos podrán ignorar la voluntad del Gobierno, pero no la de la población”.
Por su parte, Yanis Varoufakis, ministro de Finanzas, ha afirmado mientras ejercía su derecho al voto que el referéndum era el ejemplo de que “la democracia y la moneda única son compatibles”. Además, reitera que si el SÍ vence, dejará su cargo.
División en los colegios
Precisamente la compatibilidad del NO y permanecer en el euro es uno de los principales debates que los votantes están manteniendo durante una jornada hasta ahora sin incidentes. Según Nikos (54 años, empresario), propietario de una tienda de bolsos en Atenas, votar NO significa salir de Europa, y que para su negocio “eso sería aún más perjudicial que seguir las directrices de la Troika”, por lo que votará “SÍ”.
Olga (27 años), psicóloga desempleada, critica que la oposición al NO haya planteado un debate según ella equívoco, pues “el referéndum no pregunta sobre si queremos seguir o no dentro de la UE, sino si pretendemos seguir con esta política de austeridad que nos está matando y dividiendo”.
A pesar de que en Grecia no habrá datos de participación hasta que finalice el proceso (18:00 horas en España), los responsables electorales de cada uno de los colegios a los que ElBoletín.com se ha acercado afirman que la participación es parecida a la de las últimas elecciones. La inexistencia del voto por correo para el referéndum está obligando a muchos a tener que desplazarse a sus respectivas circunscripciones para poder votar.
Vasilis (73 años, jubilado) critica lo que para él es “una constante improvisación de Tsipras”. Asegura que ha votado SÍ porque “nunca querría votar lo mismo que votan los nazis de Amanecer Dorado o la derecha nacionalista de ANEL”. Vasilis pregunta irónicamente “¿de qué sirve ser muy griego, el mejor, si no tienes ni un euro en el bolsillo?”
El miedo por el cierre de los bancos se hace palpable en los votantes del SI, mientras que muchos de los del NO afirman que son invenciones para crear temor.
“Voto NO. Porque no tengo nada, y por orgullo. El SÍ legitimaría nuestro sufrimiento, y solo lo apoyan los que tienen miedo, o dinero. Curiosamente, casi siempre coinciden”. Con ojos vidriosos, Dimitrios (29 años, desempleado) pide a todo aquel que se acerca al colegio a que vote NO. Incluso a los periodistas extranjeros, que en muchos colegios son más cantidad que votantes.
Uno de esos votantes, Yanis (36 años, funcionario) resume la jornada diciendo que “los votantes del NO se dejan llevar por el corazón, mientras que los del SI por la cabeza”. Asegura no tener claro su voto porque no sabe que implicaría mañana la victoria de cualquiera de las posiciones.
Más dudas, más rumores
La indecisión prima en todo Atenas. Por el resultado del referéndum, y por lo que ocurrirá el lunes tras el resultado. Si gana el NO: “¿Cerrarán los bancos”, “¿Saldremos del Euro?”, “¿Conseguiremos un acuerdo más ventajoso?”. Si gana el SI: “¿Se irá Tsipras?”, “¿Habrá nuevas elecciones?”.
En cualquier caso se antoja fundamental el papel del BCE y saber si en caso de victoria del NO seguirá dando crédito de emergencia. En Atenas no hay desabastecimiento, pero si Draghi decidiese cortar el flujo de dinero la situación se complicaría. “No dejarán que nos muramos de hambre”, aseguran votantes del NO. “Moriremos como gane el NO. No habrá dinero, ni comida”, dicen algunos votantes del SÍ.
Según el Financial Times, varios bancos de inversión han convocado a sus trabajadores este domingo anticipando una fuerte búsqueda de divisas por parte de sus clientes después del resultado del referéndum. HSBC, JPMorgan o el Deutsche Bank son algunos de esos bancos.
En cualquier caso, da la sensación de que la cantidad de dinero que uno tiene en el banco determina su posición. Cuanto más tiene, más escorado al SÍ. Cuanto menos, menos miedo a perder. La polarización del voto es solamente una muestra de la polarización de la Sociedad griega, que vota con miedo o con ilusión, pero que vota.