500 de los más de 7.000 cajeros que existen en Grecia se han quedado sin efectivo esta misma mañana. Algunos bancos no serán capaces de abrir el lunes si no reciben una inyección de emergencia del BCE. Cientos de personas hacen cola en los cajeros de Grecia después de que el primer ministro haya anunciado un referéndum que se celebrará el próximo 5 de julio para votar la oferta de rescate de sus acreedores, que Alexis Tsipras ha llamado «ultimátum chantaje».
Según la agencia Bloomberg, 500 de los más de 7.000 cajeros que existen en el país heleno ya se han quedado sin efectivo esta mañana y algunos bancos no serán capaces de abrir el lunes a menos que el Banco Central Europeo (BCE) realizara una inyección de liquidez de emergencia. El banco central del país ha asegurado a la agencia estadounidense que está haciendo esfuerzos para suministrar dinero al sistema.
Desde que Syriza llegara al poder en Grecia los bancos del país han sufrido una fuga de depósitos de 30.000 millones de euros. Los depositantes han reaccionado así en medio de una disputa con los acreedores y de las duras negociaciones con los líderes europeos que ya dura cinco meses.
Los ministros de Finanzas de la zona del euro celebran esta tarde en Bruselas una reunión de emergencia en la que está previsto que se negocie una oferta para desbloquear 15.500 millones de euros y ampliar el programa de Grecia hasta noviembre.
Horas antes y en un discurso televisado a la nación esta mañana, Tsipras ha anunciado que el plebiscito se celebrará el 5 de julio, es decir, cinco días después de que expire el programa de rescate europeo (el próximo martes, cuando Atenas debe abonar 1.500 millones de euros al FMI).
El líder de Syriza denunció al mismo tiempo la propuesta de los acreedores y aseguró que la oferta incluye «nuevas cartas insoportables sobre el pueblo griego», si bien se comprometió a cumplir la voluntad de los griegos: «Me comprometo personalmente a respetar el resultado de la consulta democrática, cualquiera que sea».
La pregunta en el referéndum será sí respaldan o no a las propuestas de los acreedores -la antigua troika- que incluye reformas en pensiones, IVA o mercado laboral a cambio de 15.500 millones de euros que permitirían a Grecia sobrevivir financieramente hasta finales de noviembre y evitar un colapso.