El presidente Obama ha interrumpido sus vacaciones para intentar calmar los ánimos y ha criticado públicamente el abuso de fuerza policial y los saqueos y violencia acontecidos en los últimos días en Missouri. El presidente de EEUU, Barack Obama, no ha podido dejar más tiempo y tras cuatro días de protestas consecutivas ha comparecido ante los medios. El presidente que se encontraba de vacaciones en Massachusetts, ha intentado calmar los ánimos tras los disturbios raciales que han tenido lugar en la localidad de Ferguson. En especial por la tragedia que sucedió hace unos días en la que un chico de raza negra, de tan solo 18 años, murió por el disparo de un policía. Consciente de que “su familia no podrá tenerlo de nuevo en sus brazos”, ha pedido respeto y ha comunicado que «es tiempo de paz y calma».
Para que los disturbios se reduzcan, Obama ha confesado que ya ha “hablado con las autoridades locales para mantener a la gente segura sin restringir las protestas, y trabajamos con oficiales de a pie para asegurarnos de que la situación se está calmando”.
Además, Obama ha condenado la detención temporal de dos periodistas y afirmó que la policía debe de abrirse y ser más transparente. «Los agentes no deberían molestar o detener a periodistas que hacen su trabajo» ni tampoco «atacar a quienes se manifiestan», ha asegurado.
Por último, ha añadido que la tragedia no es una excusa para atacar a la policía. El presidente ha solicitado que los hechos sean investigados para poder aclarar lo ocurrido.
