Los CEOs y fundadores de Research In Motion (RIM), Jim Basillie y Mike Lazaridis, han dimitido de sus cargos en la compañía, aunque seguirán formando parte del Consejo de Administración de la empresa canadiense. Según publica el diario The Wall Street Journal, RIM ya ha encontrado a su sustituto, Thorsten Heins, que asumirá el puesto hoy mismo.
Esta decisión, que llega tras un año de malas noticias para el fabricante, ha llevado los títulos de RIM a subir más de un 4% en la preapertura de la Bolsa neoyorquina, aunque esta recuperación no duraba demasiado tiempo.
A las dos de la tarde, hora española, la empresa canadiense iniciaba una “conference call” para explicar qué tendencia seguiría en adelante bajo el mando de Heins. Apenas unos minutos antes del inicio de la sesión ordinaria en Wall Street, Deutsche Bank subía su recomendación para RIM de “vender” a “mantener”, pero esta decisión no lograba mantener al alza a la empresa, y sus títulos caían cerca de un 2%.
Durante la citada conferencia, Heins, recién nombrado CEO de la empresa, no ha dejado clara la estrategia que seguirá RIM en adelante: insistió en que en sus planes “no entra la venta de RIM ni el cierre de ningún negocio”, aunque señaló que se plantea “vender patentes a otras empresas”.
Los analistas se muestran “optimistas” acerca de esta nueva etapa, tras dos décadas de dirección por parte de Basillie y Lazaridis, pero los inversores no parecen opinar igual; en el momento en que se escribe esta pieza, la empresa pierde cerca de un 6% en Bolsa.
La predominancia de RIM en el mercado de los smartphones, el mismo que la compañía lideró durante un tiempo con su famoso BlackBerry, se ha visto muy mermada debido a la pujanza de los nuevos dispositivos de plataformas como iOS y Android.
En el último año se han sucedido resultados financieros decepcionantes (pérdidas en 6 de los 8 trimestres presentados) y el continuo retraso por disputas legales en el lanzamiento de su nuevo sistema operativo, BB10, en el que cifra la compañía sus posibilidades de resurgir, le ha hecho perder clientes y valor en Bolsa durante un, para ellos, nefasto 2011. Por eso, la dimisión de Basillie y Lizaridis, aunque no era esperada, ha supuesto un punto de inflexión y los analistas confían en que la situación de la empresa mejore en adelante.