En un informe recogido por ‘The Guardian’, la entidad señala que este escenario sería el peor posible, aunque matiza que lo considera «improbable». De materializarse, el precio del barril Brent se hundiría hasta niveles no vistos desde noviembre de 2020, antes de que los avances en las vacunas anticovid impulsaran la recuperación del mercado.
Un suelo firme para los precios bajos
Goldman Sachs expone que, incluso en un contexto de recesión, varios factores impedirían una caída prolongada en los precios del oro negro. Por un lado, el auge del petróleo de esquisto en EEUU proporciona un soporte más estable a cotizaciones más bajas. Por otro, el banco estima que una recesión estadounidense en 2025 sería moderada gracias a la ausencia de grandes desequilibrios financieros en el sector privado.
«En primer lugar, el esquisto estadounidense ofrece un suelo cada vez más firme a precios más bajos. En segundo lugar, es poco probable que una posible recesión en EEUU a lo largo de 2025 sea muy severa», señala Goldman Sachs
Estos elementos reducirían la volatilidad de los precios y limitarían la magnitud de cualquier desplome prolongado.
Escenario base: petróleo a 55 dólares en 2026
Más allá de los pronósticos extremos, el escenario base de Goldman Sachs es mucho más benigno. La entidad prevé que los precios del Brent bajen hasta los 62 dólares este diciembre y se sitúen en torno a los 55 dólares al cierre de 2026. Esta previsión descansa sobre la expectativa de una «gran reducción de los aranceles» que permita a EEUU evitar la recesión y que coincida con un aumento moderado de la producción petrolera.
Un contexto de relajación comercial y de crecimiento moderado contribuiría a estabilizar el mercado energético a medio plazo, evitando así el colapso de precios que se plantea en los escenarios más adversos.