Con 499 votos a favor, 28 en contra y 93 abstenciones, la Eurocámara fijó así su posición de cara a las negociaciones que empezarán ahora con la Comisión Europea y el Consejo de la UE para pactar el texto definitivo de la ley y que continuarán bajo la presidencia rotatoria que España asumirá el 1 de julio.
Entre las demandas del Parlamento Europeo está la de prohibir la vigilancia biométrica en tiempo real en espacios públicos, en contra de lo que han defendido el Ejecutivo comunitario y los países de la UE, que apuestan por permitirla si la autoriza un juez, en casos muy específicos.