El pasado año había en la Unión Europea un total de 224 millones de empleados, de los cuales 45,3 millones trabajaban a tiempo parcial. El 20,9% de éstos últimos -9,5 millones- deseaba trabajar más horas y tenía disponibilidad para hacerlo, es lo que las organizaciones internacionales denominan empleo parcial “involuntario”.
Este colectivo representaba en 2016 un 4,2% del total de empleados de toda la Unión Europea, según los últimos datos publicados por Eurostat que hace notar que dos tercios de los empleados a tiempo parcial de manera involuntaria eran mujeres (65%).
España se sitúa en el podio de países de la UE con mayor proporción de empleo parcial involuntario. Según Eurostat, el ranking lo encabeza Grecia, con un 74,1% de los empleados a tiempo parcial que preferirían trabajar a jornada completa. Le siguen Chipre (63,7%) y España (50,7%). En cuarta posición se encuentra Portugal (45,1%) seguido de Eslovaquia (43,5%).
Por el contrario, los porcentajes más reducidos están en República Checa (8%), Malta (10,8%), Luxemburgo (11,9%), Holanda (12%), Estonia (12,5%) y Alemania (12,6%). En todos los estados miembros, la mayoría del empleo parcial involuntario está integrado por mujeres, con excepción de Rumanía, Bulgaria y Chipre.
Un reciente informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) advertía a España ante la elevada tasa de trabajadores a tiempo parcial de manera involuntaria. En ese informe se recogía que la gran cantidad de empleados temporales, el aumento del trabajo a tiempo parcial y del empleo parcial involuntario. “Los trabajadores temporales y a tiempo parcial atraviesan periodos de desempleo y de subempleo, lo cual reduce sus ingresos e incrementa la pobreza”, alertaba la OCDE.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) también ha dado varios toques de atención a España no solo por la elevada temporalidad en los contratos sino también por el empleo parcial involuntario.