El déficit de las administraciones públicas españolas cerró el año pasado en el 4,3% del PIB sin tener en cuenta las ayudas a la banca de acuerdo con los datos publicados por Eurostat. De este modo, el saldo negativo se situó por debajo del 4,6% que había pactado España con la Comisión Europea.
Si se suman las ayudas a la banca, que no se incluyen en el procedimiento sancionador por déficit excesivo, el déficit se habría situado en el 4,5%, también por debajo del objetivo pactado con Bruselas.
No obstante, las cifras de Eurostat sitúan a España como el país con más déficit público de toda la Unión Europea, por delante de Francia (-3,4%), Rumania (-3%) y Reino Unido (-3%). Estos países son los únicos con una cifra igual o superior al 3% del PIB que fija como límite el pacto de estabilidad.
En el conjunto de la UE, el déficit público se situó en el 1,7%, un recorte de siete décimas respecto al año anterior, mientras que el saldo negativo de la eurozona se situó en el 1,5% tras haberse reducido en seis décimas.
Una vez cumplido el objetivo del 4,6% fijado para 2016, el objetivo de déficit marcado por Bruselas para España en 2017 se sitúa en el 3,1% del PIB, lo que obliga a un ajuste equivalente a 1,2 puntos porcentuales este año, mientras que para 2018 la meta de déficit acordada es del 2,2%, por debajo ya del procedimiento de déficit excesivo.