Durante su intervención en el Pleno del Congreso, Rufián ha defendido que las protestas en las calles no responde únicamente a lo ocurrido con Hasél sino que es la respuesta de toda una generación que sólo ha conocido «crisis, precariedad y exclusión».
«Ésa es la causa, y cuando la política fracasa, se ocupa la calle. Y es que la quema de un contenedor no es más que la culminación de quemas más severas», ha llegado a decir el independentista catalán, alertando de que los contenedores pueden reponerse pero la esperanza, no.
LA JUVENTUD ESTÁ «DESESPERADA»
Y hoy, según ha destacado, España cuenta con toda una generación «desesperada», una generación que no sólo se siente «olvidada» sino «humillada» y «señalada» y a la que se le acusa de vivir «anestesiada» frente a las pantallas sin analizar que quizá las condiciones de su entorno son la causa de ello.
«Si culpabilizar a los jóvenes de los contagios fue una salvajada, responsabilizarles de la violencia en las calles es un suicidio político, sobre todo para ustedes», ha avisado a la bancada azul para añadir que si siguen en ese camino estarán regalando a la juventud «a la desafección, a la abstención y a la ultraderecha, por este orden».
Durante su alocución, Rufián también ha avisado de la «desconfianza» que el «Jumanji» de la gestión de la pandemia del Covid ha provocado y que, según augura, prevalecerá tras el Covid, la desconfianza de la ciudadanía hacia sus políticos, de los políticos hacia la gente y de los políticos entre sí.
Pero también del riesgo de que el «golpismo» lo tenga ahora «mucho más fácil» que hace 40 años, en alusión a que Vox siga entrando «a paladas» en los parlamentos autonómicos. «Ya no hace falta enviar a un fanático con un tricornio al Congreso; hoy los golpes de Estado no son con militares con editoriales y digitales», ha enfatizado.