Engorda la billetera de los veteranos

Cuba

Engorda la billetera de los veteranos

Las altas condecoraciones y medallas no son comestibles y los antiguos guerreros están pasando las de Caín.

Pesos y medallas cubanos

En cualquier lugar de este mundo, los veteranos de guerra son hombres de mucho cuidado por no decir respeto porque los miedos fueron sepultados en campos de batalla y una revuelta de bastones y sillas de ruedas la pueden organizar en cinco minutos.

Cuba, en el peor de los momentos de sus finanzas, después de casi medio siglo o más de ignorarlos económicamente, ha iniciado un proceso de remuneración adicional para estos hombres y alguna que otra mujer: 1.500 pesos de más en la pensión. No es gran cosa, pero del lobo un pelo, como dicen en la calle.

Una bolsa con medio kilo de limones, 350 pesos, tres bolsitas minúsculas de pan rallado, 480. Un kilogramo de leche en polvo en el mercado informal y no alcanza el aumento.

Cuentan que Agostinho Neto, el fallecido presidente de Angola, donde dejamos 2.016 muertos, le propuso a Fidel Castro una indemnización a los familiares de los caídos y mutilados. El líder se negó rotundamente aduciendo que no era el interés material lo que nos había motivado a prestarle ayuda.

Pero la vida ha cambiado en Cuba. Las altas condecoraciones y medallas no son comestibles y los antiguos guerreros están pasando las de Caín. Sabia decisión, aunque insuficiente.

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