La sentencia del alto tribunal europeo, sobre la que cabe recurso, argumenta que la Junta Única de Resolución (JUR) y la Comisión Europea «no incurrieron en un error manifiesto de apreciación» al considerar que Banco Popular «se hallaba en grandes dificultades o probablemente fuera a estarlo».
Así, apunta que la liquidación de Banco Popular se adoptó «válidamente» y «con independencia» de los motivos que llevaron a la entidad bancaria a encontrarse en dificultades.