Los autores de la encuesta apuntan que esta desaceleración respondió principalmente a los incrementos más débiles tanto de la producción como de los nuevos pedidos, ya que, aunque la demanda se mantuvo positiva, algunas de las empresas consultadas notaron un cierto grado de incertidumbre entre sus clientes, particularmente en los mercados de exportación, donde las ventas aumentaron sólo marginalmente.
Debido a la reducción de la producción y a un incremento de la cartera de pedidos por completar, las empresas encuestadas redujeron sus compras y la contratación en enero, cuando los ritmos para ambas referencias fueron los más débiles en cinco meses.
Los encuestados vincularon en parte la menor disposición a contratar nuevo personal a la preocupación por los costes, después de que los últimos datos mostrasen que la inflación de los precios de los insumos aumentó notablemente en enero, hasta su nivel más alto desde julio de 2024.
De este modo, frente al incremento de los costes de los insumos, las empresas optaron por aumentar fuertemente también sus tarifas en enero, y por lo tanto se observó que los precios cobrados volvieron a aumentar después de cuatro meses de descenso.
«El nuevo año ha empezado con debilidad», ha resumido Jonas Feldhusen, economista junior de Hamburg Commercial Bank, para quien en gran medida esto refleja la debilidad en los principales países de la zona euro, como Alemania y Francia, mientras que advierte de que la evolución de los precios «es motivo de preocupación».