«Y con dolor y vergüenza hay que decir que desde principios de año ya son casi 2.000 los hombres, mujeres y niños que han muerto en este mar intentando llegar a Europa. Es una herida abierta de nuestra humanidad», ha afirmado.
«Aliento los esfuerzos políticos y diplomáticos que tratan de curarla con espíritu de solidaridad y fraternidad, así como los esfuerzos de todos los que trabajan para evitar los naufragios y rescatar a los migrantes», ha añadido.
El Papa Francisco ya hizo alusión esta semana a la última tragedia vivida en el Mediterráneo, el naufragio de un barco de migrantes ocurrido frente a la isla italiana de Lampedusa, donde fallecieron 41 personas.
«He recibido con dolor la noticia de un nuevo naufragio de migrantes en el mar Mediterráneo. No permanezcamos indiferentes ante estas tragedias y recemos por las víctimas y sus familiares», aseguró Francisco el pasado jueves en su cuenta de Twitter.
Por otro lado, en su alocución previa a la oración mariana del Ángelus, el Papa ha invitado desde la ventana del Palacio Apostólico, ante los miles de fieles y peregrinos que se han dado cita en la Plaza de San Pedro del Vaticano, a «invocar y acoger a Jesús» cuando se encuentren perdidos en la vida. Por ello, ha pedido a «María, estrella del mar», que ayude a «buscar la luz de Jesús en las travesías oscuras».