De este modo, el IPC británico continúa moderándose desde que en octubre de 2022 alcanzase un récord desde 1997 del 11,1%, aunque la bajada probablemente sea insuficiente para que el Banco de Inglaterra decida recortar mañana el tipo de interés de referencia, situado en el 5,25%.
La subida del coste de la vida en Reino Unido se vio impulsada principalmente por el encarecimiento del 5% de los alimentos y las bebidas no alcohólicas, frente al 6,9% de enero, mientras que el tabaco y el alcohol subieron un 11,9%, medio punto porcentual menos que el mes anterior.
De su lado, el encarecimiento del conjunto de bienes se desaceleró 1,1% desde el 1,8%, mientras que el de los servicios se moderó al 6,1% desde el 6,5%.
De este modo, al descontar el impacto de la energía y de los alimentos frescos, el IPC subyacente (excluidos la energía, los alimentos, el alcohol y el tabaco) aumentó un 4,5% interanual en febrero, frente al 5,1% de enero.