Así, el INE destaca entre los grupos con mayor influencia en el incremento de la inflación al de la ‘vivienda’, con una variación del 10,0%, casi seis puntos superior a la del mes anterior, debida al incremento del precio de la electricidad, frente a la bajada registrada en abril de 2020. También influyó, aunque en menor medida, que los precios del gasóleo para calefacción bajan menos este mes que el año pasado.
También contribuyó a la subida del IPC el ‘transporte’, cuya tasa se incrementó más de tres puntos y medio, hasta el 7,4%, como consecuencia de la estabilidad de los precios de los carburantes y lubricantes para el transporte personal, que descendieron el año anterior.
Por su parte, tiraron hacia debajo de la inflación los ‘alimentos y bebidas no alcohólicas’, que registraron una variación del 0,3%, más de un punto por debajo de la de marzo. Este comportamiento es consecuencia de la disminución de los precios de las frutas, que subieron en abril del año pasado. La agencia destaca también que los precios de las legumbres y hortalizas y el pescado y marisco subieron más en 2020 que este mes.
En el grupo de ‘ocio y cultura’ la tasa desciende un punto y se sitúa en el –1,2%, a causa de la bajada de los precios de los paquetes turísticos, frente al incremento registrado el año anterior. Por último, el grupo de ‘hoteles, cafés y restaurantes’, con una variación del –0,5%, cinco décimas menos que en marzo, debida a que los precios de los servicios de alojamiento aumentaron en 2020 más que este mes.
Mientras, la tasa de variación anual de la inflación subyacente (índice general sin alimentos no elaborados ni productos energéticos) bajó tres décimas hasta el 0,0%, con lo que se sitúa más de dos puntos por debajo de la del IPC general. Es la mayor diferencia entre el índice general y la subyacente desde agosto de 1986, señala el INE.
En abril la tasa de variación mensual del IPC general fue del 1,2%.