Un error del diputado popular Alberto Casero, que había ejercido el voto telemáticamente, ha decantado la balanza del lado del Ejecutivo. Y es que, los dos diputados de UPN han hecho caso omiso a las directrices de la dirección del partido de votar a favor de la convalidación y han pulsado el botón del ‘no’.
“Votamos ‘no’ a la reforma laboral”, ha afirmado Sergio Sayas, que se ha saltado la disciplina de voto de su partido, UPN. Según ha señalado en sus redes sociales, “en política lo único que no puedes hacer es algo que no puedas explicar a tus votantes”. “Somos sus representantes y a ellos nos debemos”, ha defendido. “Por eso”, ha continuado, “nunca tuve un voto tan difícil como hoy pero tampoco nunca lo tuve más claro”.
Votamos No a la reforma laboral.
En un política lo único que no puedes hacer es algo que no puedas explicar a tus votantes.
Somos sus representantes y a ellos nos debemos.
Por eso nunca tuve un voto tan difícil como hoy pero tampoco nunca lo tuve más claro.
— Sergio Sayas (@sergiosayas) February 3, 2022
El otro representante de este partido ha hecho lo mismo. “He votado ‘no’ a la reforma laboral porque lo contrario hubiera supuesto un claro refuerzo a Sánchez, presidente de España con el apoyo de Bildu”, ha escrito Carlos García Adanero en Twitter.
El mencionado diputado del PP, apuntan algunos medios, ha votado a favor por un problema técnico y ha acudido al Pleno a votar presencialmente, algo que no está permitido. La realidad es que el pleno de la Cámara ha dado luz verde al decreto de la reforma laboral, que necesitaba más ‘síes’ que ‘noes’. Objetivo cumplido para Moncloa, aunque no con los ‘compañeros de viaje’ que muchos se esperaban al principio.
La dinámica de mayorías parlamentarias en la que se ha apoyado el Gobierno hasta ahora ha cambiado. La reforma se ha convalidado por la mínima con los votos de PSOE y Unidas Podemos, Ciudadanos, PDeCAT, Más País, y Compromís, PRC, Teruel Existe, Coalición Canaria, Nueva Canarias y el mencionado diputado del PP. En el bando del ‘no’: PP, Vox, ERC, PNV, EH Bildu, Junts, CUP, BNG, Foro Asturias, el exdiputado de Cs, ahora en el Grupo Mixto, Pablo Cambronero y Unión del Pueblo Navarro.
Votación: de la confusión a la euforia
La votación de la convalidación de la reforma ha sido de infarto. La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, se ha confundido a la hora de dar el resultado de la votación. “No queda, queda derogado el real decreto ley”. Una frase que ha desatado el júbilo en la bancada de la derecha. En especial, entre los diputados de Vox.
No obstante, la propia Batet ha tomado la palabra para decir que “los servicios de la cámara me informan que queda convalidado el real decreto ley”. Tras esto, la alegría cambió de lado y los aplausos y abrazos se sucedieron entre los parlamentarios del PSOE y Unidas Podemos al grito de “sí se puede”.
✅ El #Pleno convalida el Real Decreto-Ley de medidas urgentes para la #ReformaLaboral, la garantía de la estabilidad en el empleo y la transformación del mercado de trabajo.
📝 Nota de prensa: https://t.co/1PU2BFKryC pic.twitter.com/WkpLXaIdbU
— Congreso (@Congreso_Es) February 3, 2022
El bloque de investidura continuará
Pese a que la mayoría del conocido como bloque de investidura se ha posicionado en contra de la convalidación de la reforma laboral, esto no supone una ruptura con el Gobierno. “No se acaba el mundo, mañana tendremos que seguir hablando”, ha asegurado el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián. Y es que, el ‘no’ de hoy no se traduce en un divorcio.
Los socios tradicionales del Ejecutivo, como PNV, Bildu o la mencionada Esquerra, no se cierran a futuros acuerdos. Las discrepancias en torno al decreto laboral nada tendrán que influir en la negociación de aquellas iniciativas que vengan a partir de ahora.
Tras esto, la nueva meta del Gobierno pasa por elevar a 1.000 euros el salario mínimo. Para ello la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha convocado el lunes 7 de febrero a sindicatos y patronal para empezar a negociar este incremento. Una subida que descartan de plano los empresarios.
“Lo de los 1.000 euros lo veo complicado”, afirmó hace unos días Antonio Garamendi, líder de la CEOE. Según señaló en declaraciones a TVE recogidas por Europa Press, esto podría provocar una “contracción importante del empleo”, ya que hay empresas que no se han recuperado de la crisis, en especial las más pequeñas.