Tras conocerse que la gran banca invertiría en la entidad, sobre la que pesan dudas sobre su liquidez y solvencia, sus títulos en cotización se revalorizaron un 10% antes del cierre del parqué y se quedaron en el entorno de los 34,20 dólares (32 euros). La propia Wall Street también consiguió cerrar ayer en ‘verde’.
El Dow Jones, su principal indicador, subió un 1,17%, mientras que el S&P 500 cerró con un avance del 1,76%. Ahora, el Dow Jones se ha teñido de ‘rojo’ y cae un 1,23%, mientras el S&P 500 lo hace un 1,05%. Así, el rescate no ha sido suficiente para calmar a los mercados.
Once bancos estadounidenses, entre los que se encuentran los cuatro más grandes (Bank of America, Citigroup, JPMorgan Chase y Wells Fargo) habían anunciado ayer una inyección total de 30.000 millones de dólares (unos 28.180 millones de euros) en el First Republic Bank para fortalecer su liquidez y evitar su colapso.
Según un comunicado de estos cuatro mayores bancos, la inyección de 30.000 millones de dólares «refleja su confianza en el sistema bancario del país y ayuda a garantizar que el First Republic tenga la liquidez para continuar sirviendo a sus clientes». Los cuatro señalaron, además, que los bancos regionales, medianos y pequeños son fundamentales para la salud y el funcionamiento del sistema financiero.
En concreto, las entidades Bank of America, Citigroup, JPMorgan Chase y Wells Fargo realizarán cada una depósitos no asegurados en el FRB por valor de 5.000 millones de dólares (unos 4.683 millones de euros).
Por su parte, Goldman Sachs y Morgan Stanley inyectarán en el FRB 2.500 millones de dólares cada uno (2.341 millones de euros), en tanto que BNY Mellon, PNC Bank, State Street, Truist y U.S. Bank harán cada uno un depósito de 1.000 millones de dólares (937 millones de euros).
La inyección de la gran banca en el FRB se produce después de que las agencias de calificación S&P Global Ratings y Fitch rebajaran la calificación crediticia del First Republic Bank a la categoría de ‘bono basura’ ante la salida de depósitos de la entidad e, incluso, después de que los reguladores estadounidenses se comprometiesen a apoyar al sector bancario tras el colapso del Silicon Valley Bank (SVB).
El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, ha solicitado al Congreso que amplíe los poderes de los reguladores y del Gobierno para responsabilizar a los altos ejecutivos bancarios en caso de quiebra de entidades, particularmente, cuando haya existido una mala gestión, según ha anunciado este viernes la Casa Blanca.
Según el mandatario, «el Congreso puede y debe hacer más para responsabilizar a los altos ejecutivos bancarios» y debe tomar medidas para fortalecer la capacidad del Gobierno federal para responsabilizar a la alta dirección cuando los bancos quiebren y sean intervenidos por la Corporación Federal del Seguro de Depósito (FDIC).
«Cuando los bancos quiebran debido a la mala gestión y la asunción excesiva de riesgos, debería ser más fácil para los reguladores recuperar la compensación de los ejecutivos, imponer sanciones civiles y prohibir que los ejecutivos vuelvan a trabajar en la industria bancaria», ha afirmado.
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