El presidente de Castilla-La Mancha, el socialista Emiliano García-Page, debería agradecerle a su antecesora en el cargo, María Dolores de Cospedal, la reforma que hizo en el parlamento autonómico y que le ha concedido esta vez una mayoría absoluta en escaños que no ha conseguido en votos.
El PSOE obtuvo el apoyo de 475.368 personas del 1.089.227 que fueron a votar el pasado domingo 26 de mayo en Castilla-La Mancha. El 44,11% de los electores dio su visto bueno a Emiliano García-Page que, sin embargo, se hizo con el 57,5% de los escaños (19) del parlamento autonómico (33).
Tal y como recoge el investigador en Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Madrid, Carlos Fernández Esquer, esta bonificación de 13 puntos a favor del PSOE es la consecuencia de una reforma parlamentaria que realizó María Dolores de Cospedal en 2014.
Las elecciones en Castilla-La Mancha han otorgado una mayoría absoluta al PSOE: con el 44% de los votos, el PSOE se ha hecho con el 57% de los escaños. Una bonificación de 13 puntos porcentuales. Una barbaridad.
Curiosamente, esto no es culpa del PSOE, sino del PP.
Abro hilo— Carlos Fernández Esquer (@CarlosFEsquer) 28 de mayo de 2019
La que fuera presidenta de Castilla-La Mancha redujo a 33 escaños el parlamento autonómico basándose en una supuesta necesidad de reducir los costes público. Esa medida elevó el umbral necesario para acceder a la cámara. En el fondo de la cuestión, la irrupción de Podemos y Ciudadanos que Cospedal quería detener.
Aquella jugada le salió ‘rana’ a la primera. Como recuerda Fernández Esquer, “pese a superar el 8,6% regional, Ciudadanos se quedó sin representación parlamentaria. Circunstancia aprovechada por PSOE y Podemos para sumar fuerzas y desalojar al PP del Gobierno de Castilla-La Mancha”.
En esta ocasión, Vox (7,02% de los votos) y Podemos (6,9%) han sido quienes se han quedado fuera.