Según ha explicado el banco central que preside Christine Lagarde, ha tomado esta decisión tras evaluar “las perspectivas de inflación, la dinámica de la inflación subyacente y la solidez de la transmisión de la política monetaria”. En su opinión, “ahora es conveniente dar otro paso para moderar el grado de restricción de la política monetaria”.
Para el BCE, los datos de inflación recientes “han sido en líneas generales los esperados, y las últimas proyecciones del personal del BCE confirman las perspectivas de inflación anteriores”. En concreto, el banco “prevé una inflación general media del 2,5% en 2024, del 2,2% en 2025 y del 1,9% en 2026, como en las proyecciones de junio”.
“Se espera que la inflación vuelva a aumentar en la última parte de este año, en parte porque las fuertes caídas anteriores de los precios de la energía dejarán de figurar en las tasas anuales”, ha advertido también el BCE, aunque ha remarcado que “la inflación debería entonces disminuir hacia nuestro objetivo durante la segunda mitad del año próximo”.
En cuanto a la inflación subyacente, las proyecciones para 2024 y 2025 “se han revisado ligeramente al alza, ya que la inflación de los servicios ha sido más alta de lo esperado”. Al mismo tiempo, el banco “sigue esperando una rápida disminución de la inflación subyacente, del 2,9% este año al 2,3% en 2025 y al 2,0% en 2026”.