Para Lane, la fijación de las políticas para ayudar a los grupos más vulnerables de la sociedad “podría adoptar la forma de impuestos más altos sobre las personas con mayores ingresos o sobre las industrias y empresas que son muy rentables a pesar de la crisis energética”.
«El apoyo a los necesitados mediante el aumento de los impuestos tiene un menor efecto sobre la inflación que el aumento del déficit», ha afirmado en una entrevista con el diario austriaco ‘Der Standard’ de la que se han hecho eco varios medios internacionales.
Según apunta ‘Financial Times’, el think tank económico Bruegel, con sede en Bruselas, calcula que 10 países de la UE -entre ellos España- ya han anunciado o puesto en marcha este tipo de medidas fiscales, si bien la Comisión Europea no ha defendido la subida de impuestos para los ciudadanos más ricos.
“Desde el punto de vista de la equidad, pero también desde una perspectiva macroeconómica, los gobiernos deberían apoyar los ingresos y el consumo de los hogares y las empresas que más sufren”, defendió Lane.
POLÍTICA MONETARIA Y FISCAL DESINCRONIZADA
A los inversores de todo el mundo les preocupa cada vez más que la política monetaria y la política fiscal no estén sincronizadas. Los bancos centrales temen que las costosas medidas de apoyo del gobierno provoquen una mayor inflación, lo que les obligaría a subir los tipos de interés.
En la eurozona, donde la política fiscal es manejada por 19 gobiernos diferentes, el BCE tiene una preocupación adicional. El aumento de los niveles de deuda pública puede hacer surgir el fantasma de una crisis de la deuda en los distintos Estados miembros y dificultar que el banco central suba los tipos al nivel necesario para atajar la inflación.
En este sentido, la primera de riesgo italiana tocó ayer máximos desde abril de 2020 -en lo peor de la pandemia de Covid- después de la victoria electoral de la ultraderechista Giorgia Meloni y ante la incertidumbre que despierta el nuevo Gobierno.
SALARIOS MÁS BAJOS
Lane también ha advertido de que tanto trabajadores como empresas tendrán que aceptar unos menores ingresos por los mayores costesde la energía que, según los cálculos del economista jefe del BCE, ha pasado de representar alrededor del 1% del PIB de la eurozona al 5%.
“Para volver a tener una inflación más baja, tenemos que darnos cuenta de que la rentabilidad de las empresas disminuirá durante un tiempo y de que los salarios tampoco seguirán plenamente el ritmo de la inflación durante un tiempo”, dijo.
Se espera que la inflación alcance un nuevo récord en la eurozona, del 9,7%, cuando se publiquen los datos de septiembre el viernes que viene. Lane espera que los precios de la energía se estabilicen a mediados del próximo año y que las presiones inflacionistas empiecen a remitir a medida que los cuellos de botella de la cadena de suministro se alivien y los tipos de interés más altos frenen la demanda.