En concreto, ha subido los tres tipos de interés oficiales en 25 puntos básicos, dejando el tipo de las operaciones principales de financiación en el 4,5%, la facilidad marginal de crédito en el 4,75% y la de depósito en el 4%.
De este modo, el BCE ha situado al tipo de depósito por encima del anterior récord alcanzado en 2001, cuando los responsables de política monetaria elevaron los costes de los préstamos para impulsar el valor del euro, recién lanzado al mercado.
La de este jueves, además, es la décima vez consecutiva en la que la autoridad monetaria encarece el precio del dinero. Empezó a subir tipos en julio de 2022, la primera vez en 11 año y hoy ha acometido una nueva subida, en contraste con la pausa que hizo en junio la Reserva Federal, si bien en julio retomó las subidas.
El mercado confía en que el BCE haya alcanzado ya su techo en el actual ciclo de endurecimiento monetario, pero la presidenta del banco central, Christine Lagarde, aún no lo ha querido confirmar.
En rueda de prensa, ha señalado que «con la decisión de hoy, hemos contribuido suficientemente, según la evaluación actual, a que la inflación vuelva al objetivo en el momento oportuno». «El foco de atención se va a desplazar probablemente un poco más hacia la duración, pero no se trata de decir —porque no podemos decirlo— que ahora estemos en el punto máximo», ha añadido.
Lagarde también ha revelado que la decisión del consejo de gobierno se ha tomado sin unanimidad y reconoció que algunos de sus colegas habrían preferido una pausa en lugar de la subida.
En una nota de prensa, el BCE repitió el mensaje de que mantendrá los costes de endeudamiento en «niveles suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario», dejando la puerta abierta a nuevas subidas en caso de que la inflación se muestre más rígida de lo previsto.
El banco central ha revisado sus proyecciones macroeconómicas para la eurozona y ahora prevé una inflación media del 5,6% en 2023, del 3,2% en 2024 y del 2,1% en 2025. Esto supone una revisión al alza para 2023 y 2024 y a la baja para 2025.
Asimismo, las presiones inflacionistas subyacentes continúan siendo “intensas”, según el BCE, pese a que la mayoría de los indicadores han comenzado a moderarse. Los expertos del banco comunitario han revisado ligeramente a la baja la senda proyectada de la inflación excluidos la energía y los alimentos, hasta una media del 5,1% en 2023, del 2,9% en 2024 y del 2,2% en 2025.
El BCE destacó que las anteriores subidas de los tipos de interés “siguen transmitiéndose con fuerza” y las condiciones de financiación han vuelto a endurecerse y están frenando cada vez más la demanda. “Dado el impacto creciente de este endurecimiento sobre la demanda interna y el debilitamiento del entorno del comercio internacional, los expertos del BCE han rebajado significativamente sus proyecciones de crecimiento económico” y esperan que la economía de la zona del euro avance un 0,7% en 2023, un 1% en 2024 y un 1,5% en 2025.
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