“Todas las opciones de política monetaria siguen estando sobre la mesa”, señala Ulrike Kastens, economista para Europa de DWS. “Pero con la decisión tomada en marzo de aumentar significativamente las compras temporales de bonos en el marco del Programa de Compras de Emergencia (PEPP), se ha dado un respiro antes de volver a decidir en junio si se mantiene o no el mayor ritmo de compras de bonos”. En este sentido, “es poco probable que la reunión de abril sea espectacular”, reconoce Kastens.
El experto de la gestora de Deutsche Bank considera que “es probable que se rechacen las discusiones sobre el aumento del PEPP”, ya que hasta ahora solo se han utilizado 943.000 millones de euros del PEPP, dotado con 1,85 billones de euros. “Un mayor ritmo de compras en el tercer trimestre de 2021 también sería fácilmente manejable”.
“El BCE ha cumplido su promesa de acelerar las compras, y las actas de la cita de marzo apuntan a junio como la reunión clave para considerar cambios en el ritmo actual”, apuntan por su parte los analistas de BofA Global Research Ruben Segura-Cayuela, Athanasios Vamvakidis, Ralf Preusser y Evelyn Hermann en un informe. “Es probable que el BCE no proporcione mucha información sobre su trayectoria en el futuro”.
Estos expertos apuntan a que la presidenta Lagarde “probablemente también evitará discutir los escenarios de reapertura y lo que eso significa para el ritmo de las compras del programa PEPP en la segunda mitad del año, solo señalando que la perspectiva y ese ritmo se reevaluarán conjuntamente en la siguiente reunión”. “No hay suficiente acuerdo dentro del Consejo de Gobierno para proporcionar esa claridad todavía”, creen los analistas de BofA, por lo que “esta reunión podría potencialmente ser la calma antes de la tormenta que se avecina antes de la reunión de junio”.
“En definitiva, el BCE está a la espera”, resume Kastens. La forma de proceder en última instancia no se decidirá probablemente hasta el otoño de 2021, cuando se disponga del resultado de la revisión de la estrategia y el BCE tenga que decidir cómo proceder con los distintos programas de compra. Sin embargo, esto no debería cambiar la postura monetaria fundamentalmente expansiva del BCE.