La entidad comenzó a bajar la cotización del yuan desde finales de abril con los numerosos brotes del coronavirus como telón de fondo que provocaron interrupciones de la producción y la cadena logística.
El 26 de abril, la moneda china perdió 681 puntos básicos. En mayo cuando mejoró la situación epidemiológica, el yuan comenzó a fortalecerse, desde mediados de junio se observan leves fluctuaciones en torno a los 360 puntos.
La debilidad del yuan favorece las exportaciones de las empresas chinas.
Las autoridades de China anunciaron en marzo que buscaban mantener la estabilidad del yuan en un nivel racional, así como implementar una política monetaria equilibrada.