La subasta de CatalunyaCaixa retrasó el proceso de reestructuración de la entidad, pero una vez suspendida ante la falta de compradores, todo parece indicar que el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) tomará cartas en el asunto de manera inmediata.
Por ello, ante el escenario “extremadamente duro y complicado” que se prevé a partir de ahora, los diferentes sindicatos con representatividad en la entidad (SEC, CCOO, UGT y CSICA) ya se han reunido entre ellos “para buscar un espacio de unidad con el objetivo de defender los puestos de trabajo y unas buenas condiciones en la reestructuración”, según ha señalado UGT en una circular.
Tal y cómo se ha producido ya en otras entidades, ha habido un “consenso total y absoluto en la necesidad de unir nuestras fuerzas y coordinar todas las acciones dirigidas a luchar conjuntamente para defender los puestos de trabajo de todo el grupo, en todos los territorios, y los derechos de la plantilla”, señala el sindicato.
Los representantes de los trabajadores han acordado asimismo la constitución de una mesa de trabajo para poder evaluar los escenarios que se presenten y diseñar estrategias conjuntas.
El mercado espera que el plan de reestructuración de la entidad nacionalizada pueda afectar a casi 2.000 empleados, casi un 30% de la plantilla actual, conformada por 7.000 personas. En principio, cualquier recorte estaba previsto que lo acometiese la entidad compradora, lo que había despertado las esperanzas de que no fuese demasiado drástico, pero tras suspenderse la subasta todo parece indicar que se llevará a cabo a rajatabla.
Además de los despidos, la entidad que preside Adolf Todó deberá reducir su balance en un tercio e imponer una quita a los tenedores de productos híbridos de capital (participaciones preferentes y deuda subordinada) a cambio de los 9.080 millones de euros que recibió de Bruselas.