Los trabajadores de Caja 3 llevan a cabo a partir de hoy paros de quince minutos en las oficinas en contra del despido de 592 empleados, unas movilizaciones que podrían desembocar en la convocatoria de una huelga y que comenzaron ayer con una asamblea celebrada en el centro de Zaragoza, en la que contaron con la solidaridad de los empleados de Ibercaja.
A la asamblea asistieron alrededor de 2.000 personas, quienes, posteriormente, dieron un “abrazo” simbólico al edificio de la sede central de Ibercaja de Zaragoza. La plantilla de Caja3 “no se rinde”, rezaba el lema de la gran pancarta que llevaban los asistentes. En otra de ellas se podía leer “Los trabajadores de Ibercaja en solidaridad contra los despidos de Caja3”. Los empleados dibujaron asimismo en el suelo el número 592, en referencia a los despidos, con velas rojas.
Los paros de quince minutos comenzarán hoy a mediodía en protesta por los recortes planteados por la dirección. Caja 3, que cuenta actualmente con una plantilla de 2.573 trabajadores, pretende llevar a cabo un recorte de 592 empleados: 128 puestos de servicios centrales, a 409 trabajadores de oficinas y a 55 plazas de apoyo a la red comercial.
Las indemnizaciones serían de entre 28 y 30 días por año trabajado, con un tope de 18 mensualidades, más generosas de lo que contempla actualmente la reforma laboral. Este saneamiento es una de las condiciones impuesta por Ibercaja para absorber la entidad, proceso que se presenta como única alternativa de Caja 3 para evitar ser nacionalizada.
En el principio de acuerdo alcanzado para la fusión de Ibercaja y Caja 3, la entidad que preside Amado Franco ya avisaba de que la operación estaba “condicionada a la aprobación de las ayudas públicas solicitadas por Caja 3”. En ese sentido, avisaba de que “las obligaciones” que pudiesen imponer las autoridades con motivo de haber recibido apoyo financiero del FROB, afectarían “exclusivamente a Caja 3”.
Si finalmente sale adelante el proceso, Ibercaja controlará un 87,5% del nuevo banco, y Caja 3 un 12,5%. El banco de CAI, Caja Círculo y Caja Badajoz necesita 779 millones de euros para cumplir con el test de estrés de Oliver Wyman, que no puede conseguir por sus propios medios.