La salvación de la banca española con problemas a obligar al Estado español a garantizar el pago de un macropréstamo de 100.000 millones de euros, o lo que es lo mismo fuerza a todos los ciudadanos españoles a convertirse en avalistas solitarios de este crédito.
Esa circunstancia ha provocado algunas preguntas inmediatas a cierto sector de la población que, ahora, espera las correspondientes respuestas de los dirigentes democráticamente elegidos.
En primer lugar, muchos contribuyentes quieren saber si se investigará y se exigirán responsabilidades a los gestores y los responsables del fiasco que va a elevar sustancialmente la deuda pública viva y cuyos intereses aumentarán el déficit y pueden, por lo tanto, forzar nuevos recortes si se mantienen los actuales objetivos de rebaja del gasto público.
También sería bueno dar detalles sobre si, puesto que no es necesario agotar la línea de crédito, se dejará caer a aquellas entidades que sean completamente inviables por el desmesurado tamaño de su agujero.
Y, sobre todo, explicar los motivos por los que el ratio deuda-pib del Estado español, que ahora está por debajo de la media europea, tiene que elevarse hasta superarla al incorporar una deuda que contrajeron entidades privadas. Un proceso que supone otro paso en la osmósis o transustanciación del riesgo público en riesgo privado.Por cierto que, en el caso de la deuda privada ese ratio deuda-pib si que estaba muy por encima del promedio de la UE.