La primera medida de José Ignacio Gorigolzarri será solicitar al Fondo de Reestructuración Ordenada bancaria (FROB) la conversión de los 4.465 millones de euros recibidos a través de participaciones preferentes en 2010 en capital, con lo que el Estado pasará a ser accionista mayoritario de Banco Financiero y de Ahorros (BFA), la matriz de Bankia.
Posteriormente a esta conversión, se realizará una valoración externa de la entidad determinará el porcentaje de capital que pasa a tener el Estado en BFA. En ese sentido, es casi seguro, sobre todo después de que Deloitte encontrase un desfase de 3.500 millones de euros en el balance del banco, que el Estado ostentará una participación mayoritaria.
No obstante, se espera que el Gobierno hile fino para no superar el 75% del capital. Si superase ese umbral, las cajas socias que crearon BFA (Caja Madrid, Bancaja, Caja Ávila, Caja Segovia, Caixa Laietana, Caja Rioja y Caja Insular de Canarias) deberían convertirse obligatoriamente en fundaciones especiales, abandonando su actual condición de entidades de crédito.
Con esta operación, BFA se ahorrará los intereses de un 7,75% anual que se veía obligado a pagar al FROB. Para el Gobierno de Mariano Rajoy el plan supone un nuevo problema para cumplir con Bruselas, ya que hasta ahora los 4.465 millones de euros prestados al banco se consideraban deuda y ahora pasarán a contabilizarse como déficit público siempre que el Estado no encuentre un comprador antes de finales de año para su participación.
De todas maneras, el Estado pasará a ser también el accionista de control de Bankia, de la que BFA posee un 45,3% de las acciones. Las acciones del banco cotizado han bajado hoy un 5,53%, en su cuarto día consecutivo de bajadas.
Una vez realizada esta conversión, no se descarta que Bankia necesite más ayudas públicas, sobre todo teniendo en cuenta que el Gobierno prepara para este viernes un nuevo decreto ley sobre el sector financiero, en el que se exigirán nuevas provisiones sobre activos inmobiliarios, en este caso los considerados sanos.
El sector bancario español tiene actualmente unos 140.000 millones de euros en activos inmobiliarios no problemáticos (al corriente de pago), actualmente cubiertos con una provisión del 7%. Sin embargo, el viernes esta cobertura podría elevarse hasta el 30%, aunque lo más probable es que se diferencie según el tipo de activo, penalizando especialmente al suelo frente a la vivienda acabada.
Una muestra son las recientes cuentas anuales presentadas sin auditar por Bankia, que arrojan una morosidad encubierta de 9.920 millones de euros. Esa es la cifra de créditos dudosos que renegoció el grupo que preside Rodrigo Rato para mantenerlos al corriente de pago. BFA cuenta con una cartera crediticia de 188.000 millones de euros. Pese a estos acuerdos para refinanciar los préstamos, la morosidad del grupo alcanzó el 8,66%, frente al 6,34% de 2010, por encima de la media del sector.
En el caso de que Bankia necesite más ayudas, la hipótesis más probable es que el Estado inyecte capital mediante bonos contingentes convertibles (CoCos), a un interés del 8%.
Los ‘CoCos’ son instrumentos de deuda que pasan a convertirse en acciones bajo determinados supuestos o contingencias. Por regla general, suele utilizarse como baremo que el banco mantenga un determinado ratio de capital, que en caso de perderse obligue a la conversión. Es decir, si una entidad emite un ‘CoCo’ ligado a mantener un core capital del 8%, en el caso de que el ratio se sitúe por debajo, los bonos son convertidos obligatoriamente en acciones. No obstante, los bonos pueden adoptar otros supuestos, como exigir la conversión obligatoria en una fecha fija.