El inminente rescate de Bankia plantea al Gobierno de Mariano Rajoy una alternativa difícil: o bien sustituir a la cúpula directiva de la entidad o mantenerla a pesar de la inyección de dinero público. En otras palabras, seguir el modelo estadounidense, o el británico.
En 2008, el Ejecutivo británico, comandado entonces por Gordon Brown, decidió nacionalizar algunos de los principales bancos de las Islas, como RBS o Lloyds, sin exigir la renuncia de sus cúpulas directivas. A cambio de las ayudas los bancos sólo se vieron obligados a aceptar ciertas condiciones, como no repartir dividendos, controlar los sobresueldos de los ejecutivos u obligar a las entidades a prestar dinero a los negocios y a los ciudadanos.
Por el contrario, en EEUU las cúpulas directivas de los principales bancos estadounidenses sí han abandonado sus cargos, aunque en muchos casos se desató la polémica por los generosos colchones que se aseguraron en forma de pensiones. El ejemplo más significativo es Citigroup, cuyo consejo se renovó incluso antes de la entrada de capital público. Así, en 2007 Vikram Pandit asumió la presidencia del banco en sustitución de Charles Prince. Un año después, tras la quiebra de Lehman, la entidad fue nacionalizada.
En España, desde que se inició la crisis, sólo en los casos más flagrantes el Banco de España se ha inclinado por hacer una limpia con los equipos gestores de las entidades rescatadas. El primer ejemplo se vio en Caja Castilla-La Mancha (CCM). Cuando fue intervenida en marzo de 2009, una de las primeras medidas fue la marcha del equipo encabezado por su presidente, Juan Pedro Hernández Moltó, sustituido por unos gestores provisionales que encauzaron la adjudicación a Cajastur. Apenas un año después la historia se repitió con CajaSur y su presidente, Santiago Gómez Sierra. La caja cordobesa acabó adjudicada a BBK.
Ya en 2011, el Banco de España intervino la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) y sustituyó a sus gestores, con Modesto Crespo a la cabeza. La entidad aún se mantiene bajo la tutela de los administradores del FROB, a la espera de que Bruselas de el visto bueno al Sabadell. En pleno proceso de subasta se encuentra el Banco de Valencia, intervenido en noviembre del año pasado, y que ha seguido unos plazos similares.
Sin embargo, en otros casos ha optado por mantener a los equipos gestores. Así ocurrió, por ejemplo, con las ayudas del denominado FROB 1, orquestadas a través de participaciones preferentes. Así, recibieron 4.465 millones BFA, la matriz de Bankia; 915 millones BMN; 977 millones Banca Cívica; 1.250 millones Novacaixagalicia; 1.250 millones CayalunyaCaixa; 380 millones Unnim; y 525 Caja España Duero.
Sin embargo, esta estrategia se ha demostrado errónea con el tiempo. BFA (Bankia) será el último caso de entidad rescatada, después de que el Banco de España se viese obligado en septiembre del año pasado a nacionalizar Novacaixagalicia y CatalunyaCaixa, en las que se volvieron a mantener los equipos directivos, dirigidos por José María Castellano y Adolf Todó respectivamente. El supervisor también se vio obligado a tomar el control total de Unnim, adjudicada en subasta al BBVA, mientras que Caja España Duero será absorbida por Unicaja y Banca Cívica por CaixaBank.
Sólo BMN parece poder mantener por el momento su independencia, aunque el Gobierno también ha presionado para que se integre con otra entidad.