Los bancos están dispuestos a hacer el “sacrificio”, y finalmente todo parece indicar que financiarán el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), el instrumento que utilizará el Gobierno para sufragar los esquemas de protección de activos en las subastas de CatalunyaCaixa y Banco de Valencia.
“Si la banca tiene que hacer el sacrificio, lo hará como lo está haciendo toda la sociedad española”, ha señalado el presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), Miguel Martín, durante su participación en el XIX Encuentro del Sector Financiero organizado por Deloitte y ABC. “Si te lo piden, sólo puedes decir sí, a sus órdenes”, ha añadido en un tono jocoso.
El FGD cuenta con unos fondos de apenas 2.000 millones de euros tras las generosas protecciones otorgadas a Banco Sabadell y BBVA en las subastas de la CAM y Unnim, respectivamente, una cifra que a todas luces es insuficiente para financiar las próximas ventas, cuyos procesos comenzarán esta misma semana.
El Gobierno, tras el agresivo programa de recortes llevado a cabo, es reticente a utilizar fondos públicos a costa de los contribuyentes para el rescate de más entidades, por lo que ha presionado a los bancos para que sean ellos los que asuman el coste. Aunque esta misma mañana el secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre, ha señalado que el Ejecutivo “estudia todas las fórmulas” todo parece indicar que los propios bancos nutrirán el FGD para que pueda hacer frente a las operaciones sobre la mesa.
La banca había sido muy reticente a aumentar la dotación del FGD para financiar los rescates de las entidades en problemas, ya que, en palabras de algún directivo del sector, “supone dar dinero a un competidor para que te haga aún más la competencia”.
Según publica hoy Expansión, la solución podría pasar por que el sector financiero conceda un préstamo al FGD con la garantía de las cuotas futuras de los propios bancos al Fondo. Con esta medida, el Gobierno cumpliría su promesa de no inyectar más dinero público, mientras que los bancos se salvan de tener que hacer una derrama extraordinaria o adelantar las cuotas de ejercicios futuros con cargo a las cuentas de un año, lo que podría haber llevado a varias entidades a entrar en pérdidas.