Los préstamos netos del BCE a la banca española ascendieron a 76.048 millones de euros en octubre, máximos de 13 meses. Los italianos pidieron 111.300 millones, dos veces y media más que en junio. Los dos sistemas acapararon la mitad de la liquidez barata que proporciona la autoridad monetaria.
En total, los bancos europeos solicitaron en octubre 381.055 millones de euros, un 15% menos que en septiembre, lo que refuerza la carga negativa de los datos publicados por el Banco de España y el Banco de Italia. El Bundesbank y el Banco de Francia no han proporcionado datos.
En concreto, los bancos italianos pidieron prestados al BCE 111.300 millones de euros, por encima de los 104.700 millones de septiembre y de los 41.300 millones de junio. Los cinco mayores prestamistas del país, Unicredit, Intesa Sanpaolo, Banca Monte dei Paschi di Siena, Banco Popolare y UBI Banca, representaron el 61% de las peticiones, casi el doble que la cuota de enero.
Después de acosar a Grecia, Irlanda y Portugal por sus elevadas deudas, las presiones se han dirigido a Italia, empujando la rentabilidad de sus bonos de referencia por encima del 7%, en un momento en que el que la tercera mayor economía del euro se prepara para refinanciar los 200.000 millones de euros que le vencen antes de abril. Italia tiene una deuda que asciende a dos billones de euros, una cifra que supera a los compromisos que tienen Grecia, Irlanda, Portugal y también España juntos.
La caída en el precio de los bonos de Italia disparó su rentabilidad hasta un récord del 7,48% el pasado 9 de noviembre, algo que ha reducido el valor de los títulos de renta fija que poseen los bancos en cartera, erosionando su valor como garantía para los préstamos.
En el caso de España, el volumen prestado por el BCE en octubre a las entidades aumentó un 9,74% respecto al mes anterior y supone el 19,95% del total solicitado en la eurozona, frente al 18% del mes anterior.
En el anterior máximo, de septiembre de 2010, cuando la banca española solicitó 102.782 millones, el porcentaje del total suponía el 20,19%.
Durante el verano de 2010 las peticiones de las entidades financieras españolas se dispararon hasta alcanzar un máximo de 131.891 millones de euros en julio.
A partir de entonces, y hasta mediados de este año, la tendencia fue moderadamente bajista, de modo que en abril de este año las peticiones alcanzaron un mínimo anual mensual de 42.227.
Sin embargo, a partir de mayo las crecientes dificultades de la banca española para acceder al crédito por la desconfianza de los mercados hacia la economía española y los problemas de los países periféricos del euro se han dejado notar en la dependencia de la banca española frente al BCE.