El Ejecutivo es el principal responsable de que los ciudadanos españoles no tengan ni conocimientos financieros ni interés por adquirirlos, según los expertos congregados hoy para debatir sobre este asunto por BME.
En la segunda mesa de debate de la jornada «Confianza, formación y asesoramiento financiero: ¿Hacia dónde avanzamos?» organizada en la Bolsa de Madrid, los ponentes han demandado al Gobierno que se incluya la educación financiera como una disciplina mas del currículo escolar, tal como ya ocurre en Francia y otros países del ámbito europeo.
«La educación es la mejor inversión», ha defendido José María Lamamié de Clairac, director de Instituciones Financieras del Banco de España, quien ha destacado las medidas tomadas a por algunas instituciones estatales en los últimos tiempos.
Sin embargo, ha coincidido con sus compañeros de mesa en el excesivo protagonismo de que ha gozado durante mucho tiempo el ‘ladrillo ‘frente a otros activos, también en lo que se refiere a los incentivos proporcionados por las autoridades económicas del país.
Por su parte, Juan Palacios, profesor del Instituto Español de Empresa (IESE), ha defendido que la especulación se ha hecho fuerte en los mercados financieros, lo que da la imagen de que la operativa de los mercados entraña mucho riesgo.
Algo que según el experto es consecuencia de la especulación o «mal llamadas inversiones a corto plazo», y que lleva a muchos ciudadanos a confiar ciegamente en un asesor-gestor en lugar de intentar formarse en un entorno «complejo, cambiante y difícilmente predecible»., como ha señalado Luis Aparicio, periodista y moderador de la mesa.
A este respecto, Rafael Rubio, director de la revista Inversión, ha destacado que en situaciones de crisis como la actual se generan más reclamaciones por parte de los inversores y ha lanzado un órdago a su compañero de mesa: que los dictámenes del Banco de España sobre las reclamaciones de los clientes se conviertan en vinculantes con el objetivo de dotar de mayor seguridad a los ciudadanos que deciden apostar por activos de ahorro poco tradicionales entre las familias españolas.