El gigante energético alemán E.ON se va a apretar el cinturón en los próximos años, tras la decisión de Angela Merkel de renunciar a la energía nuclear y cerrar las centrales progresivamente hasta el año 2.022. Decisión que llevó ayer al grupo a anunciar un plan para reducir costes en 1.500 millones de euros hasta 2.015 reduciendo sus inversiones y con un ajuste de plantilla que afectará a entre 9.000 y 11.000 trabajadores.
Este ajuste, entorno al 14% de la plantilla total del grupo, afectará sobre todo a puestos administrativos, aunque no quedarán excluidos otro tipo de trabajadores. E-ON quiere concentrar todo lo que tenga que ver con la dirección y la administración del grupo en Alemania.
En el caso de España, la dirección está analizando qué parte del recorte afectará a la plantilla, de unos 1.300 trabajadores. Fuentes de la empresa en Alemania han señalado que «es demasiado pronto para poder dar datos concretos del impacto que tendrá el ajuste en un mercado concreto», como puede ser el español.