El Tesoro español ha conseguido superar una de las pruebas más difíciles a las que se ha enfrentado en los últimos tiempos. Un día después de que la prima de riesgo llegara a superar los 400 puntos básicos, el organismo emisor ha colocado en el mercado 3.300 millones de euros en bonos a tres y cuatro años, casi el máximo previsto, a unos tipos no tan altos como los que se esperaba y con una demanda decente.
El organismo dependiente del Ministerio de Economía ha colocado 2.198 millones de euros en deuda a tres años, con un interés medio del 4,813% frente al 4.037% de la anterior subasta de similares condiciones, celebrada el pasado 2 de junio. La demanda ha cubierto la oferta en 2,1 veces, un colchón inferior a las 2,5 veces de junio.
El resultado es satisfactorio ya que algunos analistas habían pronosticado que el Tesoro se vería obligado a ofrecer una rentabilidad del 5% para tener éxito.
En los bonos con vencimiento en 2015, el interés se mantuvo justo por debajo de ese 5%, hasta el 4,984%. El ratio de cobertura se situó en 2,4 veces.
El 16 de agosto el Tesoro Público retomará las subastas de deuda con una emisión de letras a 12 y 18 meses.
