Las bolsas europeas abren a la baja y la tensión regresa a los mercados de deuda

Economía

Las bolsas europeas abren a la baja y la tensión regresa a los mercados de deuda

Los mercados financieros europeos han abierto a la baja este lunes ante la falta de avances en una posible solución de la crisis de la deuda griega y la decepción que supuso la publicación de unas pruebas de resitencia bancaria descafeinadas. Además, la tensión ha regresado a la negociación de la deuda soberana y el diferencial entre el diez años español y alemán, conocido ahora como prima de riesgo, se ha situado en 360 puntos. Las previsiones pesimistas que marcaron los análisis en los dos últimos días parecen cumplirse por el momento.

A lo largo del fin de semana, la mayor parte de los analistas ya había advertido que las bolsas europeas se encaminaban sin remedio hacia un lunes complicado, protagonizado por las ventas masivas de acciones de los grandes bancos del Viejo Continente. El detonante de la explosión ha sido la publicación de las pruebas de resistencia bancaria de la UE, cuyos resultados ha vuelto a decepcionar a unos operadores financieros cada vez más excépticos ante lo que consideran falsos ejercicios de transparencia.

De hecho, en los ambientes financieros internacionales ya se esperaba poco de estos test, pero tras conocer los resultados, muchos expertos no han dudado en calificar el examen de nuevo fiasco, tras conocer que, según la Autoridad Bancaria Europea, las necesidades de capital del sector serían sólo de 2.500 millones de euros en un escenario adverso, porque sólo hay ocho bancos en la UE, cinco de ellos españoles, que no consiguen aprobar.

La cantidad es, aproximadamente un 10% de los cálculos efectuados en el último mes por distintos bancos de inversión o por las agencias de calificación de solvencia. Sin contar con que con la excepción de España, que ha examinado al 95%, de su sistema financiero, en el resto de los casos la cifra se ha reducido sustancialmente hasta superar por poco el 50% mínimo exigible.

Más aún, las ocho entidades suspendidas son de pequeño tamaño y jamás han entrado en los cálculos de los expertos dentro del capítulo de problemas imposibles de resolver. Incluso si quebrarán todas a la vez, aseguraba hoy un blogger especializado, no habría apenas posibilidades de que desencadenarán una hecatombe al estilo de la que representó la caída de Lehman Brothers.

Ese honor queda para otras entidades, las más grandes, las que podrían considerarse sistémicas. Y en esta categoría, en la que se integran, por ejemplo, los bancos españoles, Santander (8,4%) y BBVA (9,2%), hay tres entidades en especial que despiertan un recelo monumental entre los expertos. Más aún tras la publicación de unas pruebas hechas a su medida en las que, sin embargo, han estado a punto de fracasar.

Se trata del alemán Deustche Bank, El italiano Unicredito y el francés Societe Generale, cuyas notas muestran una pérdida de capital notable si las compara con las que obtuvieron hace sólo un año y que, según muchas opiniones, habrían suspendido si los escenarios relacionados con el impacto de la deuda griega se hubieran ajustado a la realidad.

En concreto, Deustche Bank tendría un ratio de capital del 6,5%, 230 puntos básicos menos que hace un año; Societe Generale un 6,6%, 150 puntos básicos menos y Unicrédito un 6,7%, 110 puntos básicos menos.

Estas tres entidades comparten además otra característica inquietante. su conocida e intensa actividad en el negocio de los productos derivados, sobre el que las pruebas han pasado casi de puntillas. Para la mayoría es precisamente en ese terreno, opaco y desregulado y del que apenas hay datos fiables, donde puede fraguarse la próxima gran crisis

Tal vez por eso, en las primeras consultas urgentes realizadas a los analistas por las agencias especializadas, la mayor parte concide en restarle importancia a una prueba que ya había perdido credibilidad mucho antes de que sus resultados salieran a la luz.

De hecho, para muchos observadores los resultados habían perdido todo el interés desde la noche del jueves cuando se supo que el Fondo Monetario Internacional (FMI) había elaborado un informe en el que los técnicos de esta institución aseguraban que los bancos europeos sufren serios problemas de solvencia y necesitan con urgencia un programa creíble de recapitalización.

En el texto, preparado para la reunión preliminar del G20 que se celebrará la próxima semana, se afirma, además, que los riegos de no resolver inmediatamente la crisis de Grecia conducirían al mundo a un escenario severo e imprevisible y que es necesario actuar con urgencia.

Al parecer, desde la institución que ahora preside la abogada francesa Christine Lagarde, ex ministra de Finanzas de Francia, no se comparte la idea de las autoridades alemanas de que como Atenas dispone de fondos suficientes para cumplir sus compromisos de pago hasta el mes de septiembre no hay necesidad alguna de darse prisa para elaborar el segundo plan de rescate que se discute ahora.

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