El Banco Financiero y de Ahorros, el SIP liderado por Caja Madrid y Bancaja, ha reconocido hoy un agujero de aproximadamente 26.000 millones de euros por su exposición al ladrillo, según los datos enviados por el nuevo grupo a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
El saldo total de financiación destinada a construcción y promoción inmobiliaria totalizó 41.280 millones de euros, de los que 7.370 millones (un 18%) son dudosos y otros 7.742 millones son subestándar (al corriente de pago pero en riesgo según los estándares que establece el Banco de España). A estas cifras hay que sumar que el saldo de inmuebles adjudicados alcanzó los 7.402 millones de euros netos (unos 11.000 millones brutos), con una cobertura del 33%, que convierten a la entidad en el mayor tenedor de suelo de España.
La exposición de 26.000 millones es además la más alta del sector y representaría aproximadamente un 14% de los 180.800 millones de euros que el total de la banca presenta según los cálculos del BdE.
Este agujero podría suponer un lastre de cara a la salida a Bolsa del nuevo banco. El presidente de Caja Madrid, Rodrigo Rato, ha confirmado hoy que la entidad iniciará el próximo febrero los trámites para el debut bursátil, que se concretará antes de que finalice el año.
Rato ha afirmado que el banco cumplirá con las nuevas exigencias de solvencia establecidas para las entidades financieras españolas, que deberán alcanzar un core capital del 8% antes de septiembre. El requisito se elevará hasta el 9% o 10% en el caso de las que las entidades no estén cotizadas o que no tengan presencia significativa de inversores privados.
El presidente del nuevo grupo, que ha confirmado que ya han existido “contactos con inversores institucionales” interesados en entrar en el capital del grupo, ha explicado que al cierre de diciembre, el nuevo banco alcanzó un core capital del 7,04%.
El Tier 1 se situó en el 8,91% y el ratio BIS en el 11,85%. La salida a Bolsa del nuevo banco de Caja Madrid es referencia obligada para el resto del sector en reestructuración, ya que se ha convertido en el tercer grupo bancario de España por activos, con un volumen de 328.000 millones de euros.
El beneficio pro-forma de Banco Financiero y de Ahorros, que aún no cuenta con marca comercial, alcanzó los 440 millones de euros el pasado ejercicio, con un margen de intereses de 3.135 millones de euros y un margen bruto de 6.049 millones de euros. Según ha destacado la entidad, estas cuentas se alcanzan tras “un exigente ejercicio de prudencia y responsabilidad”, al optar por sanear el balance y adelantarse al escenario de estrés del Banco de España.
El esfuerzo se materializa en la dotación de 9.200 millones de euros para saneamientos, de los que 5.900 millones corresponden a la cartera de crédito, 1.800 millones a inmuebles y otros 1.500 millones a carteras de valores. Estas cifras incluyen los 4.465 millones recibidos del FROB.
Fuentes del sector financiero han señalado que la salida a Bolsa del nuevo banco podría no ser la solución definitiva ni para el SIP ni para el resto del sector. Las razones que argumentan es que no se ha producido un saneamiento total del balance con reposición de capital, al mismo tiempo que tampoco se ha renovado el equipo directivo del grupo. A excepción de Rodrigo Rato, que llegó hace ahora un año a Caja Madrid, el resto de consejeros del grupo, muchos de ellos representantes políticos, fueron responsables de las dificultades que atraviesa ahora el banco.