ACS ha decidido suspender el dividendo que tradicionalmente abona en febrero tras anunciar unas pérdidas de 1.233 millones de euros en el primer semestre del año, que la compañía ha atribuido al impacto de la venta de acciones de Iberdrola y al ajuste de valor realizado al resto de su participación en la eléctrica.
El primer ejecutivo de la compañía aseguró, no obstante, que se abonará el pago del dividendo de julio, mes en el que el grupo tradicionalmente abona el dividendo complementario, si bien no pudo adelantar su cuantía.
«No se puede pagar dividendo a cuenta en febrero por las pérdidas, pero sí habrá dividendo en julio, pero no sabemos a qué nivel, porque la política de dividendos, que corresponde al consejo de administración, aún no se ha tratado», explicó Florentino Pérez durante la presentación a analistas de los resultados semestrales de ACS.
En el mercado ya se rumoreaba hace semanas con la posibilidad de la suspensión del dividendo de ACS por las altas probabilidades de que no consiga cerrar el ejercicio con beneficios, con lo cual, difícilmente podría plantearse en el consejo el reparto de un dividendo a cuenta.
También se rumorea con la posibilidad de que la compañía que preside Florentino Pérez celebre una junta de accionistas muy temprana en los primeros compases de 2013, con idea de aprobar lo más rápidamente posible el reparto de un dividendo que se pagaría contra reservas. Un extremo que estaría promoviendo el núcleo duro de la constructora.
El pasado 27 de julio, ACS comunicó que el 64,48% de los inversores optaron por cobrar en efectivo el dividendo complementario por un importe de 216 millones de euros. El resto prefirió recibir acciones del grupo constructor y de servicios. En el mercado se da por hecho que los March y los Albertos lo habrían cobrado en efectivo en medio de sus necesidades de liquidez.
Los Albertos vendieron ya recientemente un 3,4% de la constructora por la presión de sus acreedores en plena depresión de ACS en bolsa. En febrero del año pasado Corporación Financiera Alba también vendió el 5% del capital de la compañía.
Pérdidas
El resultado neto del grupo incluye la minusvalía neta de 599 millones que se anotó al vender un 3,69% de Iberdrola, y el impacto de 962 millones que deriva de ajustar el valor al que tiene contabilizada su inversión en la eléctrica. Además, incluye 302 millones por las provisiones relacionadas con la refinanciación de su inversión en esta compañía.
En caso de descontar estos y otros extraordinarios, como la venta de Abertis y Clece, la compañía que preside Florentino Pérez registra un beneficio de 380 millones, un 16,7% menos respecto al mismo periodo de 2011.