El consejero delegado de La Caixa, Juan María Nin, ha señalado durante la presentación de los resultados de 2009 que en el año en curso se producirá una segunda oleada de morosidad, provocada sobre todo por los impagos de pequeñas y medianas promotoras, y que podría elevar los dudosos en algo más de un 1%.
Este aumento se producirá después de que durante 2009 se hubiese estancado la entrada de mora hasta llevar a la primera caja española a cerrar diciembre en el 3,42%, 0,11 puntos porcentuales por debajo de la cifra de septiembre, con una cobertura del 62%. El fondo genérico asciende a 1.835 millones de euros, que, a juicio de la entidad, “proporcionan una gran solidez financiera a la entidad”. La primera oleada de morosidad se produjo en 2008, con las quiebras de las grandes promotoras inmobilarias, especialmente Metrovacesa, que elevaron espectacularmente unas tasas que se encontraban en mínimos históricos.
A cierre del pasado año, la cartera de inmuebles de La Caixa ascendió a 3.097 millones de euros netos, con una cobertura del 20%. De ellos, 1.900 millones pertenecen a adjudicaciones de promotoras y 826 millones a particulares. No obstante y pese a la prevista subida de la morosidad, la entidad ha quitado hierro a las pesimistas predicciones que algunos expertos han realizado en las últimas semanas -encabezadas por el presidente de la Asociación Hipotecaria Española, Gregorio Mayayo- de que las inmobiliarias no podrán afrontar la ingente deuda que aún mantienen con el sector financiero.
Nin ha recordado que si bien es cierto que esta deuda asciende a 320.000 millones, no lo es menos que “el grueso se paga con normalidad”.
Por su parte, Isidro Fainé, presidente de La Caixa, ha destacado durante su intervención ante los medios que la entidad no tiene ninguna intención de vender su participación en Repsol, que actualmente asciende hasta el 12,7%, sino que su objetivo es la creación de valor en la petrolera “a corto, medio y largo plazo”, tras haber permanecido ya 15 años como accionista.
Sobre la polémica surgida durante las últimas semanas entre el presidente de Repsol, Antonio Brufau, y Antonio del Rivero, presidente de Sacyr ( primer accionista de la compañía), Fainé ha recordado que Brufau es “un buen presidente”, aunque ha señalado que mantiene una buena “relación profesional” con Del Rivero. Para el presidente de La Caixa, la única preocupación en el asunto es “procurar que Repsol vaya bien, como así está siendo”.
La polémica surgida por el descontento de Sacyr con Antonio Brufau, y la búsqueda de la constructora de candidatos para sustituirle, provocaron a mediados del pasado enero que Repsol llegase a convocar una consejo de administración extraordinario para ratificar al directivo, tal y como ocurrió finalmente aunque con la ausencia de los tres representantes de Sacyr ( el propio Del Rivero, José Manuel Loureda y Juan Abelló). El propio ministro de Industria, Miguel Sebastián, se ha mostrado a favor de mediar en caso de que sea necesario, aunque parece que por el momento el agua no llegará al río.
Fainé ha hecho estas declaraciones tras presentar los resultados de La Caixa en 2009, que ha calificado de buenos en las tres dimensiones de la caja, “la financiera, la inversora y la de compromiso social”. La primera caja española, obtuvo un beneficio neto recurrente de 1.710 millones de euros, un 16,7% menos que en 2008. La entidad ha destacado que la intensa actividad comercial logró paliar el difícil año. El beneficio atribuido al grupo alcanzó los 1.510 millones, un 16,2% menos. Además, y según ha destacado, la generación de resultados recurrentes ha propiciado el poder destinar 2.821 millones de euros a dotaciones totales.
Los ratios de solvencia de la entidad ascendieron en 2009 hasta alcanzar el core capital el 8,7%, y el Tier 1 el 10,4%, lo que, a juicio de Nin, sitúa a La Caixa como primera entidad por solvencia de España, con un excedente de recursos propios sobre los mínimos exigidos de 4.667 millones de euros, que permiten afrontar con tranquilidad el futuro. No obstante, Nin ha recordado que si finalmente en las nuevas medidas de regulación de Basilea se endurecen los requisitos de capital, esto podría tener un perjuicio sobre particulares y pymes, que tendrán más dificultad para acceder al crédito aunque no hayan tenido culpa alguna en el origen de la crisis.
El presidente Fainé ha puesto especial énfasis en la obra social de La Caixa, “más importante que nunca” durante la crisis. En un contexto en el que el conjunto de las cajas de ahorros redujeron en un 16% el presupuesto destinado a labores sociales, La Caixa mantuvo la misma cifra que en 2008, 500 millones de euros, 100 millones más que en 2007, antes de que se iniciase lo peor de la crisis.
Sobre el proceso de reestructuración del sector financiero, Fainé ha señalado que la vocación de La Caixa es de expansión internacional, como lo demuestran sus inversiones a través de Criteria en Erste Bank y Bank of East Asia, por lo que no contempla la absorción de ninguna caja. En ese sentido, ha destacado que no ha habido sobre la mesa ninguna propuesta de fusión con Caja Madrid, operación con la que se especula en el mercado, sobre todo tras la llegada de Rodrigo Rato a la presidencia de la entidad madrileña.
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