El organismo que dirige Luis María Linde advierte de que abandonar la senda de las reformas estructurales se traduciría en un “posible agotamiento del crecimiento”. El Banco de España ha vuelto a revisar sus previsiones macroeconómicas para el cierre de este ejercicio 2015 del que restan tan solo nueve jornadas. La institución monetaria considera ahora que el PIB cerrará el año en el 3,2%, a solo una décima de igualar las previsiones del Gobierno de Mariano Rajoy a las que se ha ido aproximando paulatinamente.
La subida en el dato del PIB en esta última revisión antes de fin de año ha sido de una décima con respecto a la proyección anterior. En este sentido, considera que se mantiene el “sostenido” crecimiento de la economía nacional y que así ocurrirá en los próximos trimestres. Para el último de este ejercicio se estima ahora una expansión del 0,8%, según la actualización publicada este martes.
Con respecto a esta recta final del año, el organismo financiero subraya que la actividad está siendo “ligeramente más favorable” de lo anticipado en septiembre. Un escenario “dinámico” que auguran se siga repitiendo aunque a un ritmo “algo inferior” al observado más recientemente a consecuencia de la moderación de algunos estímulos expansivos vigentes a la demanda nacional.
En este sentido, la institución que dirige Luis María Linde apunta que la demanda interna crecerá un 3,6% en 2015 y que el año que viene se contendrá al 3,1%. Mientras tanto, se baraja que la demanda exterior caerá en ambos ejercicios a consecuencia de la fortaleza de las importaciones en la balanza comercial del país. Además se estima que los riesgos más críticos como una posible ralentización de las economías emergentes apuntan “ligeramente a la baja”.
Para aminorar en lo posible los riesgos internos, el Banco de España llama a la continuidad en la senda de las “reformas estructurales”, cuyo “posible agotamiento […] podría afectar negativamente las expectativas de crecimiento e incidir negativamente en las decisiones de consumo e inversión”, recoge la actualización macro del organismo. En esta misma línea, se insiste en la necesidad de corregir tan pronto como apareciesen eventuales desviaciones en la ejecución de los planes presupuestarios de las administraciones públicas.
Las Comunidades Autónomas y la Seguridad Social son los focos de tensión en cuanto al objetivo de cumplimiento del 4,2% de déficit sobre el PIB. Una situación que considera “parcialmente” compensable por una mejor evolución de lo previsto tanto de los ayuntamientos como de la Administración Central.
Ante este escenario, el Banco de España estima que en el último trimestre se habrá mejorado en un 0,7% la tasa de empleo, con lo que la población trabajadora se incrementará en un 3% al cierre del año, dos décimas más que lo previsto hasta ahora. Esta tasa se repetiría en 2016 para quedarse después en un 2,4% el ejercicio siguiente, porcentaje que rebaja en una décima las cifras anteriores. Así, al cierre del próximo año el paro se situaría por debajo del 20% de la población con una inflación un 0,5% inferior a la de hace un año.