La entidad deja la puerta abierta a trasladar a sus clientes las comisiones de 2,00 euros por uso de cajeros ajenos en caso de que el Gobierno español permita esta tasa. La polémica de las comisiones de los cajeros podría tener solución replicando el modelo del país vecino. ING Direct, una de las entidades potencialmente más afectadas por la introducción de esta medida, propone copiar el modelo francés para evitar la inseguridad que se ha generado entre los usuarios de banca.
Desde la filial española del holandés ING consideran que el sistema francés fija unas “buenas referencias” en torno a las cuales podría pivotar la regulación al respecto en la que trabaja el Ministerio de Economía. En el país vecino, se ha establecido un tope de 0,57 euros por retirada. Un sistema que es muy similar al de Holanda, donde se fija un máximo de 0,58 euros por uso de un cajero de una red ajena a la de la entidad propia.
Así lo explican dos de los más altos responsables de ING Direct en una entrevista concedida a Europa Press. En ella, tanto la directora general de la entidad como su responsable de Financiación, Pagos y Seguros dejan la puerta abierta a poder trasladar a sus clientes las comisiones de 2,00 euros por uso de cajeros ajenos en caso de que el Gobierno español obligue o permita al propietario del cajero a cobrar al emisor de la tarjeta.
En sus reuniones con las autoridades españolas, ING ha pedido que se proteja al consumidor con un límite “razonable” al coste que se cobran entre sí los bancos por la operación de extracción de efectivo. Un umbral que en ningún caso alcanzaría la tasa que hasta la fecha han barajado las tres grandes entidades del país: BBVA, Banco Santander y BBVA.
Almudena Román, máxima responsable de la filial española del grupo holandés, denuncia que “no podemos afirmar que estamos protegiendo al consumidor si le vamos a proporcionar un servicio que cuesta tres veces más de lo que costaba” y que, en su opinión, “no se corresponde con el coste real”.
Por lo que se refiere al terreno de las cifras, la entidad estima que este año tendrá que hacer frente a un desembolso de 24 millones de euros para que sus clientes usen los cajeros de otros bancos. Una cifra que ascendería a 75 millones de euros si se termina por imponer la tasa de dos euros, aunque ING Direct confía en que llegado el caso pudiera establecer algún tipo de acuerdo bilateral con otras entidades similar al alcanzado ya con el Popular.