“La ejecutiva está modernizando una institución que inversores, analistas y algunos ejecutivos del sector acusan de haber quedado rezagada”, señala el diario. “La jefa del Santander, Ana Botín, replantea el legado de su padre”, así titula The Wall Street Journal un amplio reportaje de portada dedicado a la banquera, en el que analiza la transformación que ha llevado a cabo en el gigante bancario español desde que asumió sus riendas en septiembre del año pasado tras la muerte de Emilio Botín.
“Con pocas señales de nostalgia, la ejecutiva de 54 años está modernizando una institución que inversores, analistas y algunos ejecutivos del sector acusan de haber quedado rezagada en temas de gobierno corporativo y estándares financieros”, señala el prestigioso rotativo estadounidense, que recuerda que Botín también ha asumido un rol poco frecuente como alta ejecutiva en el sector de finanzas globales.
De hecho, en 2013 había sólo seis presidentas ejecutivas en 150 de las principales firmas de servicios financieros del mundo, según un informe publicado en diciembre por Oliver Wyman, una consultora de gestión.
“La aptitud para el liderazgo de Botín es raramente cuestionada por inversores y analistas, incluso por quienes dicen que su designación tiene un cierto perfume de nepotismo. Su preparación para la presidencia, como la mayor de seis hermanos, no tiene parangón, dicen, tras haber integrado el consejo de Santander desde 1989 y luego liderado su filial británica”, destaca el WSJ.
“Conoce la maquinaria por dentro y por fuera”, indica Joseph Oughourlian, del fondo de cobertura británico Amber Capital, que posee una participación en Santander, al diario neoyorquino. “Fue capacitada para liderar el grupo”.