El consejero delegado interino de General Motors Europa, Nick Reilly, reconoció este viernes que el plan de reestructuración para Opel no es consecuencia de la “pobre” productividad o de la “débil”contribución de ninguna de sus plantas, sino de las adversas condiciones del mercado.
En un artículo publicado en su ‘blog’ y recogido por Europa Press, Reilly indica que ha comunicado a los representantes de los trabajadores que es necesario adoptar difíciles decisiones sobre el futuro de la capacidad y del empleo. “Esto no refleja la pobre productividad o la débil contribución de ninguna de las partes del equipo de Opel/Vauxhall; es consecuencia de la persistencia de las duras condiciones del mercado”, indica el directivo de General Motors.
Reilly confirmó que el objetivo de su empresa es terminar “en tres semanas” el plan de reestructuración, e insistió en que no hay adoptada una decisión definitiva, después de que esta semana fuentes sindicales cifraran el ajuste de empleo previsto en unos 8.700 efectivos, de los que 900 corresponden a la planta aragonesa de Figueruelas.
El también vicepresidente de Operaciones Internacionales de GM pide la colaboración de todas las partes implicadas para garantizar un futuro viable de Opel. “Esperamos asegurar el apoyo financiero de los gobiernos de Estados miembros donde tenemos operaciones significativas”, añadió.
Por otro lado, el presidente de GM en Europa destacó que el plan no se ciñe sólo a la reducción de costes, sino que incluirá compromisos en el desarrollo de nuevos productos, continuas inversiones en investigación y desarrollo y un programa agresivo para el lanzamiento de nuevos modelos.