Derecho de gentes

Desde el Malecón

Derecho de gentes

Ignoro si nuestro Código Penal, que hasta hace muy poco tiempo era una copia fiel del español, contenga esa figura en la actualidad.

Esquina de una calle de La Habana
Esquina de una calle de La Habana

Tendría poco más de 20 años de edad cuando a principios de los 70s del siglo pasado como corrector de pruebas en el diario Granma conocí a un veterano en la profesión, Don Manuel Agüero, un hombre ya en el final de sus días, con vasta cultura, ortografía y caligrafía envidiables además de una enjundiosa experiencia de vida.

Fue Agüero quien me hablaba a cada rato del Derecho de gentes, de origen romano, pero con los aportes que le hiciera el español Francisco de Vitoria (Burgos, 1483-Salamanca 1546), principal maestro de la Escuela de Salamanca.

“Lo que la razón natural estableció entre las gentes” sentenciaba De Vitoria, y Agüero, didáctico en cada frase, me ilustraba con esos corredores que hacía la gente para evitar las esquinas, gráfica que acompaña estas notas.

Nunca he olvidado esa frase si bien el Derecho no ha sido motivo de profundos estudios, pero como la vida es lo que es, simpaticé mucho con esa opción dada a las personas por actuar a partir de la razón natural.

Ignoro si nuestro Código Penal, que hasta hace muy poco tiempo era una copia fiel del español, contenga esa figura en la actualidad. Tarea pendiente con un abogado.

Lo cierto es que, al margen de las leyes, decretos, disposiciones, reglamentos con “olores” judiciales y el frenético actuar de la burocracia, el cubano de hoy día, que vive con enormes dificultades y contrariedades en todos los órdenes, aplica el tal derecho de gentes al margen o no de la propia Ley.

“Por aquí, que es más cerca y ofrece mejores resultados” parece ser su filosofía…

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