Entre ellas, destaca la tan solicitada tasa de equilibrio que algunos especialistas locales han propuesto desde hace algún tiempo y donde el dólar norteamericano y el euro, entre otras monedas, tienen un valor cambiario ficticio, que no se corresponde con la realidad con que se vive en la isla.
El paquete anunciado contiene 75 medidas encaminadas principalmente a una mayor recaudación de moneda fuerte, aumentar las exportaciones y propiciar una mayor inversión extranjera que esta vez incluiría al sector privado.
De igual modo, impulsar la actividad privada en pequeñas y medianas empresas “en el desarrollo de servicios de tintorería, lavanderías, servicios de alimentación ligera para llevar y otros de apoyo a la familia”.
Se incluye, además, la flexibilización de la importación por personas naturales con carácter no comercial. En cambio, las referidas con carácter comercial, “no resultan convenientes por el momento”, según el ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández.
Acerca del nuevo mercado cambiario, aún en los retoques finales, Gil aclaró que ha sido “económicamente fundamentado y donde podamos trabajar con todas las divisas, incluyendo los dólares en efectivo”.
“Ninguna de estas medidas está exenta de riesgos ni es mágica, ni genera por sí sola, a partir del lunes, el incremento de las ofertas en las tiendas”, precisó.
El también vice primer ministro insistió en que aún se mantienes las condiciones que condujeron a no aceptar el dólar en efectivo porque seguían vigentes las prohibiciones impuestas por el bloqueo estadounidense y advertir la imposibilidad de dolarizar el país, además de anunciar que la economía cubana iba “poco a poco recuperándose”.