En muchas ocasiones, no se suele prestar la atención necesaria a los cristales de un vehículo, sin darse cuenta de que se trata de uno de los elementos más importantes a nivel estructural puesto que protegen a los viajeros en caso de impacto y permiten una visibilidad correcta en todo momento.
Por estas razones es sumamente importante saber en qué ocasiones concretas es necesario realizar un cambio de lunas o hacer un sencillo arreglo de las mismas.
Existen determinadas circunstancias, que se indicarán más adelante, en las que se debe llevar a cabo algún tipo de reparación o sustitución, en función del problema que presente la luna; pero en caso de que no exista ningún tipo de desperfecto, también se deben llevar a cabo revisiones periódicas, para analizar el estado general de las mismas, la existencia de algún desperfecto y verificar que no presenta ningún problema, por pequeño que sea, que el conductor no haya visto. Este tipo de revisiones se deben realizar cada 150.000 km de recorrido que realice el vehículo en cuestión.
Es importante tener esto en cuenta puesto que en caso de tener que pasar la ITV y que la luna tenga alguna grieta o rotura, por pequeña que sea, en forma de estrella, esto supondría una inspección técnica desfavorable que podemos evitar con un mantenimiento correcto.
Ahora bien, además de las revisiones periódicas previamente mencionadas, hay ciertas situaciones en las que el estado de la luna debe ser revisado por profesionales, con el fin de que estos verifiquen si es necesaria una sustitución completa del cristal o si, por el contrario, basta con una simple reparación. Los casos más comunes son los siguientes (de menor a mayor riesgo):
Para conocer la importancia de la grieta o rotura que presenta la pieza es necesario determinar su tamaño. Se suele decir que cuando el tamaño del golpe es menor a 16 mm o bien inferior al tamaño de una moneda de 2€ y este se encuentra fuera del campo visual principal del conductor, entonces la fisura se puede reparar rellenándola con los adhesivos necesarios y luz ultravioleta.
Por el contrario, si las medidas de la rotura son superiores a las previamente indicadas, si existe más de un golpe en una misma luna o bien si la fisura se encuentra a menos de 6 centímetros del borde del cristal, en esos casos se recomienda sustituir la luna por completo.
Los pasos para mantener en correcto estado las lunas del coche son muy sencillos, basta con conservar los cristales limpios en todo momento, con las escobillas de los limpiaparabrisas siempre en perfecto estado, realizando los cambios de las mismas que sean necesarios, y llevando a cabo las revisiones periódicas necesarias. Además, es importante acudir a un profesional en los casos en los que la luna presente alguno de los daños previamente mencionados.
De este modo, se conservará, no solo la estética del vehículo, sino su total confort y seguridad.
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