¿Cuál es el mejor servicio de hosting en España?

El hosting es, como indica el propio término en inglés, el sistema necesario para alojar información de todo tipo (texto, imagen, vídeo) de una página web. Quien contrata un servicio de hosting está pagando por almacenar información en un servidor. Por eso, si estás pensando en crear una web para ofrecer los productos de tu empresa o sus servicios, convendrá valorar las opciones de contratar tu hosting en España.

Sin hosting y servidores no habría Internet. El crecimiento exponencial de la información disponible en la red va de la mano, consecuentemente, del aumento de la capacidad de los servidores y de la proliferación de servicios de hosting. Hay muchos proveedores de servicios de hosting que ofrecen servicios con diversas características y tomar una buena decisión puede ser determinante para el posicionamiento de tu web y, por tanto, la visibilidad de tu empresa.

A la hora de optar por uno u otro conviene aclarar algunos criterios que nos permitirán discernir entre diferentes hosting:

– Servicio: incluimos aquí todas las características técnicas inherentes al servicio, y que van a determinar, por ejemplo, la velocidad de carga de tu página web. Si contratas un hosting con una velocidad de carga lenta, es probable que tengas que sacrificar algunos de los elementos de tu web más pesados (plugins, vídeos) o perderás visitantes.

A la hora de elegir, conviene asegurarse de que se contrata un servicio que permita mantener una velocidad adecuada para satisfacer una demanda que puede crecer. Ten en cuenta que la velocidad de carga es la tarjeta de presentación ante un usuario, que se sentirá frustrado si la página es muy lenta. Por si fuera poco, una mala velocidad de carga empeora el posicionamiento de la web.

Para disponer de una buena velocidad de carga, suele convenir contratar el hosting en el país hacia el que se dirige la web. Tener el hosting en España optimizará tu página para las búsquedas de Google que se realicen desde aquí. Por último, también puedes contratar un servicio que aloje tu información en discos de SSD, lo que reducirá notablemente la velocidad de carga. Algunos hosting ofrecen alojamiento ilimitado en disco duro SSD.

Cada sitio web tiene una cantidad de datos asignada, pero puedes contratar una cantidad ilimitada. De la misma forma, también es posible contratar la disponibilidad de un número determinado de cuentas de correo electrónico o de usuarios FTP (que pueden cargar y administrar archivos) u optar por contratar un número ilimitado.

– Manejo, visibilidad y apariencia: en esta categoría englobamos todos los elementos que van a permitirte ofrecer una página web atractiva y funcional para lo que quieres transmitir. El hosting debe ser fácil de gestionar para un usuario medio, porque es una herramienta y no un fin en sí mismo. Conviene contar con un panel de control sencillo, manejable e intuitivo, y con unos pasos de instalación simples que permitan completar el proceso con unos pocos clicks. Algunos hosting ofrecen aplicaciones o plugins para tu web ya preinstalados.

El dominio es el nombre y la posibilidad de usarlo. Cuanto más asociado esté el dominio al contenido de la web más fácil será encontrarla. Algunos servicios de hosting incluyen dominio gratis.

– Seguridad: una vez que hayas alojado la información de tu web en un hosting, ésta pasará a estar almacenada en un servidor externo. Respecto al contenido en sí, es muy importante las medidas de seguridad de los servidores. Con todo, la mejor manera de asegurar la información frente a posibles ciberataques es que el hosting realice copias de seguridad con regularidad. Muchos ofrecen la realización de copias de seguridad diarias, lo que permitirá recuperar gran parte de la información almacenada aunque se sufra un hackeo.

Los certificados SSL que ofrecen algunos hosting indican a los usuarios que visitan la web que la información que reciben está cifrada y es segura, y califica (añadiendo una «s» al final del http) a tu web como sitio seguro.

– Soporte técnico y atención al cliente: es importante contar con un soporte técnico cualificado, con experiencia y con la mayor disponibilidad, que resuelva cualquier incidencia que pueda repercutir en el usuario de tu web.

– Precio y permanencia: hay tantas opciones como bolsillos. Hoy en día es posible disponer de un hosting que aloje tu web, decenas de cuentas de correo y que cargue de forma rápida por muy poco dinero. Obviamente, también existe la posibilidad de optar por un servicio Premium, con mayores prestaciones, por un precio superior. O, incluso, de empezar por un servicio básico escalable a categorías superiores a medida que se vayan generando nuevas necesidades de alojamiento o de velocidad. Los planes de hosting suelen ser mejorables a otros más potentes, de modo que serás tú, en función de tus necesidades y las de tu empresa, el que decidas qué web quieres ofrecer a tu público.

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