Tras comparecer este lunes en la Comisión del Congreso que investiga la operación Cataluña, Cristóbal Montoro, exministro de Hacienda, dejó claro que la aplicación del artículo 155 de la Constitución no fue motivo de satisfacción para él. «No estoy orgulloso, estoy dolido», afirmó. A su juicio, la peor crisis que ha tenido que afrontar en su carrera política fue precisamente la de Cataluña durante el ‘procés’.
La operación Cataluña, según Montoro
Montoro comenzó su intervención expresando sus dudas sobre los motivos de su citación, pero aclaró que sí conocía una operación Cataluña: la del «rescate de Cataluña». Recordó que, tras la aplicación del 155, el entonces presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, cumplió el mandato «estrictamente» y que el presupuesto de la comunidad quedó «completamente en manos del Gobierno central durante casi ocho meses», funcionando «con normalidad».
Montoro defendió que la intervención permitió asegurar la prestación de servicios públicos esenciales en Cataluña durante el periodo de aplicación del artículo 155
Críticas al tripartito catalán
En su comparecencia, Montoro no ahorró críticas a los partidos que formaron el tripartito catalán —PSC, ERC e ICV— a quienes responsabilizó de la situación económica que obligó a la intervención. Según el exministro, «si hubo alguien que dejó a Cataluña quebrada, ese alguien fue el tripartito» que, en 2009, promovió un sistema de financiación que, a su juicio, provocó «una crisis fiscal formidable» en toda España.
Asimismo, recordó que en 2012, el Gobierno central tuvo que asumir el pago de servicios básicos como la sanidad, la educación y la protección social en Cataluña, ante la imposibilidad de la Generalitat de afrontar estos gastos.
«Pagamos la factura de los servicios públicos cuando otros estaban mirando a otro sitio», recalcó Montoro
Señalamientos sobre cuentas en Andorra
Montoro también lanzó un mensaje directo sobre la corrupción política en Cataluña, afirmando que, mientras no se podían pagar los servicios públicos, «sí había políticos en Cataluña que no tenían que preocuparse porque tenían unas cuentas abundantes en un país vecino, Andorra».