La celebración de acontecimientos sociales como bodas, bautizos y comuniones se caracteriza por la costumbre de agasajar a los invitados con opíparos banquetes, buenos vinos, cavas, licores y, por supuesto… habanos. Pero la elección de los cigarros no es fácil.
Entre los invitados habrá quien no fume puros, quien lo haga solo en ocasiones como ésta y quien sí sepa apreciar la calidad (buena o mala) de los cigarros. Por ello conviene seleccionar un habano no demasiado potente, para que pueda degustarlo todo el mundo, que no resulte cansado por su gran calibre y que sea de una marca prestigiosa para que el padrino reciba elogios por su generosidad.
Lo cierto es que el vitolario ofrece una amplia gama de opciones para satisfacer sobradamente todas estas consideraciones.
Resulta curioso que en otras latitudes las despedidas de soltero se aderecen con excelentes habanos, mientras que en España el cigarro no ha calado demasiado en este tipo de celebraciones.