¿Que tiene el humo del habano para ser tan apreciado e inigualable para quienes lo conocen? Tiene tres elementos mágicos: aroma, sabor y fortaleza, que surgen durante la combustión de las hojas que componen el habano, principalmente de la tripa. También el capote y la capa contribuyen al humo del habano. Todas las hojas de tabaco para elaborar habanos cuentan con estos tres elementos. Según la posición de las hojas a lo largo de la planta, cada uno de ellos está presente con mayor o menor intensidad. El secreto de su combinación, lo que llamamos la liga o ligada, marca la personalidad de cada habano. En los dos primeros centímetros de una corona (por ejemplo Montecristo nº 3) podemos apreciar su mejor aroma; en los dos siguientes su sabor, y en los otros dos, su fortaleza.
Aroma
El aroma de un habano puede variar desde un perfume auténticamente suave hasta las intensidades más profundas.
El aroma es más intenso en las hojas de posición más baja, las más próximas al suelo. El tipo de hoja que se denomina volado o fortaleza 1.
Sabor
¿Un humo que no se inhala y que tiene sabor? Y sin embargo lo tiene. El sabor del humo del habano se nos va haciendo presente a medida que nos familiarizamos con su sensación en la boca, dejándolo escapar poco a poco y sin inhalarlo a los pulmones. Sus matices van estimulando nuestra lengua y el sabor general a tabaco va dando pie a otras sensaciones más precisas que llegan hasta el dulzor, propio solo de los tabacos bien fermentados del habano.
Son las hojas del centro de la planta las que aportan mayor intensidad de sabor. A este grupo de hojas se las denomina seco o fortaleza 2.
Fortaleza
Son mucho los fumadores que confunden sabor y fortaleza. Fortaleza es la sensación con que el humo del habano impresiona el fondo de la boca. Para apreciar su intensidad precisamos inhalar parte de la bocanada.
Son las hojas que crecen en la parte más alta, las más jóvenes de la planta, las que aportan mayor fortaleza a la ligada de un habano. Curiosamente a este grupo de hojas se le llama ligero o fortaleza 3.
No todos los habanos cuentan en su ligada con los tres tipos de hojas. Los formatos finos suelen carecer de tabaco ligero. Cada habano es el resultado de una liga o mezcla de las tres fortalezas celosamente guardada.
Cuerpo
El humo del habano también estimula el resto de las mucosas de la boca. El paladar aporta una sensación diferenciada, menos intensa que en la lengua, que nos define el cuerpo o densidad del humo de nuestro habano.
Hay ocasiones en que el humo del habano estimula las mucosas de la boca con un conjunto de sensaciones en perfecta armonía, como si se tratara de un globo que se infla respondiendo por igual a la presión del aire. Es un humo “redondo”, una fumada redonda, un habano redondo. Un privilegio de voluptuosidad que la naturaleza y el torcedor pueden combinar para deleite de los afortunados que lo saborean.
Puede sorprender que a mayor diámetro y longitud del habano, mayor suavidad de la fumada y más redondo pueda resultar. El mayor diámetro permite construir el cigarro con abundantes hojas de cada clase, pudiéndose completar y equilibrar la liga con más facilidad. Por otra parte, el cigarro actúa como filtro de si mismo y a mayor longitud, mas filtrado y suavizado recibiremos el humo.
Aroma, sabor, fortaleza, cuerpo. Son como facetas de un diamante que el joyero examina y evalúa individualmente con detalle antes de recrearse en la contemplación de toda la gema en su conjunto. Surgen al iniciar la fumada y van variando a lo largo de ella haciendo de cada habano una obra única. Es un placer reservado a los que saben valorar el tiempo.