Lastminute.com ha hecho una encuesta entre 500 hoteles de todo el mundo para saber qué roba la gente en los hoteles y los resultados son más que llamativos. Televisiones, lámparas y bombillas u objetos de arte son algunos de ellos. En el Top 10, algunos más habituales: toallas, cosméticos, bolígrafos, cubertería y vajilla, albornoces, mandos a distancia, almohadas y edredones, periódicos y perchas.
Esta variedad y cantidad de objetos sustraídos no es ninguna novedad, el 95% de los hoteles confirman que sus huéspedes se llevan algún objeto, mientras que uno de cada diez puede considerarse un auténtico “saqueador”. Este porcentaje empeora en el caso de los hoteles de 4 y 5 estrellas, en los que 1 de cada 9 huéspedes se mostró “amigo de lo ajeno”.
Los hoteleros consultados estiman que estos hurtos suponen anualmente una media de casi 5.500 € por hotel. En los establecimientos de 5 estrellas, en los que se ofrece una decoración de lujo y otras comodidades, el gasto supera los 18.000 € por hotel al año.
Francesca Benati, Managing Director Italy & Spain de lastminute.com, comenta “Tenemos acuerdos con hoteles de 4 y 5 estrellas que ofrecen habitaciones con descuentos de hasta un 50% durante un corto plazo de tiempo, son nuestros Top Secret Hotels. Ahora, con esta encuesta, algunos de estos hoteles nos han permitido conocer sus historias más secretas y descubrir cómo algunos viajeros se llevan toallas, televisiones, esculturas o máquinas de tabaco. Siempre es tentador poseer cierto tipo de artículos pero evidentemente, es preferible dejarlos en su lugar, el hotel.”
Tipos de ‘chorizos
Gracias a esta encuesta, lastminute.com ha sacado a la luz diferentes tipologías de admiradores de lo ajeno que sin duda, merecen una clasificación:
El artesano. Son aquellos que desarrollan sus más apreciadas habilidades robando accesorios de baño, placas de las duchas de lluvia, equipos de hidromasaje, la taza del baño, o, como un huésped madrileño, una tubería del baño. Al otro lado del charco también encontramos un viajero que consiguió aserrar un estante del baño en Washington o un aficionado a cortinas y alfombras de baño que decidió llevárselas a casa desde su hotel de las Vegas.
El eficiente: En este apartado se merecen estar los más pragmáticos, puntillosos y concienzudos. Aquí se incluyen los que dedican su tiempo a coger todas las pilas de cada uno de los mandos a distancia, cepillos o las bombillas. Algunos de ellos llevan al máximo su fascinación por la luz y se llevan a casa todas las bombillas de una habitación.
El musculado. Son los más fuertes del hotel, lo saben y no dudan en llevarse extintores, máquinas de café, cajas fuertes, sillas, tablas de planchar o unas palmeras del hall. Algunos casos sobresalientes lo protagonizan el ladrón de un colchón en Madrid o el que decidió llevarse un sofá de un hotel de Dubai, ambos establecimientos de 5 estrellas. Cuando la fuerza se une al descaro, se dan situaciones como las de un huésped de un 4 estrellas de Cardiff que decidió desinstalar la máquina de tabaco sin darse cuenta de que lo hacía a escasos metros de la recepción.
El artista. Como en cualquier sitio, también entre los huéspedes ladrones hay quien desarrolla un gusto especial por el arte. De hecho, el 6% de los hoteles encuestados afirman haber sufrido algún robo de este tipo en el último año. Algunos ejemplos pueden ser porcelana china, la cabeza de una escultura o por qué no, una escultura completa como en un 5 estrellas de Budapest. También los timadores más artistas tienen sus decepciones como el visitante de un hotel irlandés que decidió sustraer toda la decoración navideña del hotel para llegar a casa y caer en la cuenta de que eran simplemente atrezzo, cajas vacías envueltas en papel navideño.
El integral. Siempre hay quien lo quiere todo. ¿Por qué coger una toalla de manos cuando puedes llevarte casi toda la habitación? Eso es lo que pensó un huésped de un establecimiento de New Jersey cuya experiencia está marcada por lo único que decidió no llevarse: el colchón, el escritorio, las lámparas y la tele. Fue el personal del hotel quien se dio cuenta de que la limpieza resultaba más sencilla de lo habitual.