El interrail, un sistema romántico y aventurero de viajar por el viejo continente, que han usado millones de europeos (alrededor de 250.000 viajeros en 2011), se hace mayor y cumple este año cuarenta veranos.
Este billete, que permite viajar en forma ilimitada en la mayoría de los trenes de los 30 países participantes durante un período de validez determinado, se creó en 1972 para alentar a los viajeros jóvenes, de 21 años o menos, a explorar Europa, aunque hoy está abierto a cualquier edad.
Los servicios de prensa del Interrail informan en la web de la empresa de que, tras aquel primer año de vida, más de 85.000 viajeros europeos habían recurrido al tren para descubrir las principales ciudades europeas y cualquier otro lugar entre ellas. Esta cifra ha aumentado a un ritmo constante durante las últimas cuatro décadas y, en 2011, alrededor de 250.000 viajeros utilizaron el InterRail Pass para viajar por Europa en tren, siempre según la empresa que comercializa el pase, Eurail, radicada en Holanda, tal y como informa Efe.
A pesar de que las cosas han cambiado y de que la mayoría de los viajeros dispone de dispositivos electrónicos que le permiten planificar los lugares a visitar, encontrar alojamiento, restaurante o comedor en el último momento o ponerse en contacto con otros viajeros e informarse de las ofertas más atractivas para el ocio o la cultura en cada ciudad, los responsables de Interrail recuerdan que subirse al tren sigue teniendo «un tinte romántico. Viajar del destino A al B, en tren, es un momento único, ya que permite disfrutar del viaje tanto como de todos los lugares que visite al llegar».